![«Ha habido un goteo de solicitudes de eutanasia con la nueva ley, pero no un efecto llamada»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202203/25/media/cortadas/javier-sanchez-caro-klmB-U1601434595542dXC-1248x770@El%20Comercio.jpg)
![«Ha habido un goteo de solicitudes de eutanasia con la nueva ley, pero no un efecto llamada»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202203/25/media/cortadas/javier-sanchez-caro-klmB-U1601434595542dXC-1248x770@El%20Comercio.jpg)
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Javier Sánchez Caro (Ávila, 1945) empezó a interesarse por la bioética cuando su hijo se decantó por la carrera filosófica. Desde entonces el abogado no ha cejado en su empeño de repensar el mundo circundante y los límites del avance científico aplicado a la salud. ... Su ponencia de ayer, organizada por la Real Academia de Medicina bajo el título 'Autonomía y eutanasia en el contexto europeo', lo certifica.
-«Jamás daré a nadie medicamento mortal por mucho que lo soliciten». Lo dijo Hipócrates hace siglos. ¿Qué ha cambiado para que la eutanasia se haya convertido en un derecho del siglo XXI?
-Al margen de la cuestión puramente hermenéutica de la frase, antes se moría de una manera y se vivía de otra. A principios del siglo XX, la edad media en Europa era de 35 años. No había espacio para casi nada, toda la vida se condensaba en unos años. Ahora, la gente vive de media hasta los 82. Las circunstancias de vida y muerte son totalmente diferentes. Por primera vez en la historia, la tecnología deja en nuestras manos la decisión.
-La Ley Orgánica para la regulación de la Eutanasia entró en vigor el pasado 25 de junio. ¿Cuántos casos se han registrado desde entonces?
-Es pronto para determinarlo. Habrá que esperar hasta finales de año para que las comunidades autónomas vuelquen sus datos y el Ministerio los haga públicos. Ahora, si me pregunta por mi impresión, puedo decirle que ha habido un goteo de solicitudes, pero sin que pueda hablarse de efecto llamada alguno.
-En países como Bélgica o Luxemburgo la eutanasia es una posibilidad desde hace más tiempo. ¿Cómo queda España al establecer la comparativa?
-La normativa española es más moderada que la de nuestros vecinos. Hace poco salía una resolución en Alemania donde no se exigía la motivación personal al individuo. ¿Hay carta libre para la eutanasia entonces? Sin una regulación especifica es fácil caer en el todo vale.
-¿Cuál es el perfil de la persona que ha registrado ya su documento de últimas voluntades o testamento vital?
-En España, por lo general, quienes más lo solicitan son mujeres de 50 años para arriba. Las causas suele ser múltiples y complejas, pero hay un patrón que se repite con frecuencia y es el de la cuidadora. Se trata de personas que han contemplado de cerca el deterioro físico o mental de un ser querido y son más conscientes de los efectos que este desgaste puede llegar a tener.
-En el caso concreto de las personas con una enfermedad mental, ¿dónde estaría la frontera entre la voluntad y la patología?
-La normativa actual rehúye de las alteraciones mentales al imponer como condición la voluntad plena del individuo. En este sentido, hay poco margen para hablar de la ayuda a morir en este tipo de trastornos porque las pruebas previas en estos casos son muy rigurosas.
-¿Qué le diría a quién considera la muerte asistida como un fracaso ante la vida?
-El problema surge cuando el sufrimiento de una persona es tan absoluto que la muerte se convierte en una ayuda. Pienso por ejemplo en casos tan mediáticos como los de Inmaculada Echevarría o Ramón Sampedro. No podemos situarnos en una atalaya moral desde la que enjuiciar el dolor de las personas. Al final, por encima de lo que tú o yo podamos pensar, ha de estar siempre la voluntad de la persona.
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