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Martes, 7 de febrero 2017, 16:59
En España, ser hombre y con una edad superior a los 40 años se asocia con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad general y abdominal, pero factores como un mayor nivel educativo y realizar actividad física de intensidad vigorosa reduce las posibilidades de empezar a engordar, según la investigación «La obesidad general y abdominal está relacionada con la actividad física, el hábito tabáquico y de sueño y mediada por el nivel educativo», coordinada por la Fundación Española de Nutrición (FEN), para Anibes.
«Mientras que el 40,5% de los hombres tenía sobrepeso, esta cifra en mujeres era del 31,4%», explica la doctora Rosa María Ortega, directora del Grupo de Investigación Valornut y catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid. «En lo que se refiere a la obesidad general, el 22,7% de la población masculina la padecía, frente al 17,3% de la población femenina. Por último, el 64,7% de los hombres tenían obesidad abdominal, mientras que entre las mujeres esta cifra descendía al 52,5%».
Otros factores que influyen en esa obesidad de la población estudiada, con edad comprendida entre los 18 y los 65 años, son ver la televisión bastante, que la aumenta; mientras el sexo la disminuye, ya que afecta tanto a la cantidad como a la distribución de la grasa corporal, según este estudio publicado en la revista científica PLoS ONE.
Cómo influye el nivel educativo
«El riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad en hombres podría venir determinado por las diferencias en los patrones de actividad física o de hábitos alimentarios que existen entre la población masculina y femenina», prosigue la doctora Ortega. «Hemos podido comprobar que sólo un nivel educativo universitario estaba inversamente asociado con el padecimiento de sobrepeso y obesidad general y abdominal. El nivel educativo puede ejercer influencia pues está relacionado con el conocimiento en temas de salud y de estilos de vida saludables, incluidos los hábitos de alimentación y de actividad física».
Dos recomendaciones para reducir el riesgo a desarrollar la temida «barriga» es hacer actividad física de intensidad vigorosa más de 150 minutos a la semana y dormir 7 horas o más al día. «La asociación entre dormir y el desarrollo de obesidad puede ser debida a que los individuos que permanecen más tiempo despiertos tengan mayor posibilidad de sentir hambre y mayor número de ocasiones para comer, así como tener un estilo de vida menos saludable», asegura la doctora Ortega. «De la misma manera, un mayor tiempo viendo la televisión o realizando actividades sedentarias también es un factor de riesgo relevante para padecer obesidad tanto general como abdominal».
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