El ictus cada vez más relacionado con la demencia

Cerca del 50% de los supervivientes de esta enfermedad cerebrovascular tienen algún grado de incapacidad. La prevención en atención primaria es una arma clave para reducir la mortalidad por esta causa

redacción

Viernes, 10 de junio 2016, 18:58

Las enfermedades cerebrovasculares son un grave problema de salud pública y una pesada carga socioeconómica. Según estudios epidemiológicos, en España se producen 150 casos por 1.000 habitantes al año. Entre el 50 y el 85% de los cerebros de personas que mueren entre 80-90 años tienen lesiones cerebrovasculares apreciables. Angiopatía amiloidea cerebral, ateroesclerosis cerebral, enfermedad de pequeño vaso (en la mayoría de los casos causada por hipertensión) o degeneración microvascular (tortuosidad, lipohialinosis o fibrosis), y disfunción de la barrera hematoencefálica que causa lesiones en la sustancia blanca (WMLs), microinfartos, microsangrados, infartos lacunares, son los tipos de patología vascular que se producen en el cerebro de los ancianos.

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Menos muertes

  • La mortalidad por ictus en los países de nuestro entorno ha disminuido debido a una disminución de su incidencia derivada gracias a la prevención primaria de la enfermedad vascular o a un aumento de la supervivencia, y por lo tanto de la prevalencia, debido a los mejores cuidados durante la fase aguda y las siguientes.

Estos datos se han dado a conocer durante el 58º Congreso de la SEGG, celebrado en Sevilla, en el que el Dr. Pedro Gil Gregorio, jefe del servicio de Geriatría del Hospital San Carlos de Madrid, ha explicado la relación que existe entre la enfermedad cerebrovascular crónica y la neurodegeneración. «Recientes investigaciones indican que los factores vasculares juegan un papel patogénico en el desarrollo de demencia», explica el doctor Gil. Y esto es producido por un deterioro en el delicado balance entre los requerimientos energéticos y el aporte sanguíneo resultado de una regulación al alza (up regulation) de la producción de betaamiloide y un deterioro en la eliminación de esta proteína.

Factores de riesgo de ictus

  • No modificables edad, género o la raza.

  • Modificables (y, por lo tanto, prevenibles) hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, obesidad, tabaquismo y la apnea del sueño.

La evidencia científica sugiere que en el envejecimiento y en la neurodegeneración existe una disminución de la densidad vascular y patología microvascular, y la enfermedad cerebrovascular precede y/o acompaña a la disfunción cognitiva y neurodegeneración.

En un reciente estudio que incluyó 5.715 autopsias en el National Alzheimers Coordinating Center (NACC), confirmaron los datos previos en la prevalencia de enfermedad cardiovascular en la enfermedad de Alzheimer, y el efecto aditivo e interactivo deletéreo tanto de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad cardiovascular en la cognición. La enfermedad cardiovascular induce el depósito de betamiloide, el cual puede en sí mismo causar enfermedad cardiovascular, sobre todo en forma de degeneración microvascular.

«Podemos, de esta manera, buscar un puente de conexión entre la patología vascular y los procesos neurodegenerativos. Surgen además nuevos tipos y subtipos de deterioro cognitivo de especial predilección por la población anciana y que pueden ser una representación de procesos vasculares y degenerativos como es la esclerosis hipocámpica», concluye el Dr. Gil Gregorio

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