Los celíacos siguen una dieta menos sana

Según un estudio español, las personas con enfermedad celíaca llevan una alimentación con más azúcares añadidos, más grasas y menos contenido en micronutrientes

redacción

Lunes, 30 de mayo 2016, 16:38

El 1% de la población mundial parece celiaquía, un transtorno autoinmune provocado por la ingesta de gluten, una proteína presente en cereales como trigo, cebada, centeno y derivados. Las personas que padecen enfermedad celíaca tienen que llevar una dieta libre de esta proteína y rica en alimentos naturales. Un estudio español analizó la dieta de 196 personas celíacas y no celíacas para conocer las diferencias nutricionales entre ambas. Para ello, el equipo compuesto por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), de la Unidad de Nutrición Humana, del departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universitat Rovira i Virgili y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Vigili, analizaron a 98 personas de entre 10 a 23 años con enfermedad celiaquía y 98 no celíacos, emparejados por edad, sexo e índice de masa corporal.

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Los investigadores registraron el consumo de alimentos durante tres días no consecutivos (dos días laborales y un festivo) para evaluar la energía, la ingesta de nutrientes y alimentos, así como la adecuación de los participantes a las recomendaciones nutricionales de micronutrientes. En el análisis también se tomaron en cuenta otros datos personales, familiares y sociodemográficos. Los resultados del estudio publicado en la revista Journal of Pediatric Gastroenterology, muestran que en comparación con el grupo control, las personas con la enfermedad celíaca tienen un consumo significativamente superior de azúcar añadido y graso total. Otra de las conclusiones de la investigación es que las personas con celiaquía consumieron cantidades significativamente menores de alimentos ricos en almidón y mayores cantidades de alimentos ricos en proteínas como la carne, pescado, huevos, bebidas con azúcares añadidos, así como un porcentaje significativamente menor de adecuación a las recomendaciones en cuanto al ácido fólico, calcio, hierro y magnesio.

Para Nancy Babio, una de las investigadoras principales del trabajo, el hecho que los alimentos sustitutivos libres de gluten sean más caros y que las familias no reciban ayudas económicas y que además, los productos para celíacos no tengan una alta palatabilidad sean menos apetitosos-, pueden ser algunas de las causas por las que «estos pacientes consuman otros productos ricos en proteínas, grasas y azúcares en lugar de productos sustitutivos libres de gluten». Para prevenir esta situación, los investigadores recomiendan una mejor educación nutricional desde la infancia, en la que se enseñe a elegir adecuadamente los alimentos, así como a seguir las recomendaciones nutricionales a largo plazo.

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