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La curva de la pandemia en España comienza a tomar una inquietante dirección hacia arriba, con la incidencia acumulada (IA) creciendo más rápido cada jornada. Este jueves se situó en los 134,31 casos, 17 más que el día anterior, y dejó ya muy ... atrás la barrera psicológica de los 100, que se sobrepasó el lunes. Pero sobre todo, la actualización de datos del Ministerio de Sanidad vuelve a encender todas las alarmas por el enorme repunte de la incidencia entre los más jóvenes. En el grupo de entre 12 a 19 años se eleva hasta los 345,26 casos y entre los de 20 y 29, hasta los 366,74, 73 más que el miércoles.
Pero es que, además, las perspectivas de los próximos días no son en absoluto positivas. La incidencia a siete días, que para ser favorable tiene que quedarse por debajo del 50% de la de catorce, supera y con mucho ese porcentaje. Se halla en 82,35 casos, exactamente el 61% de la IA a catorce, un guarismo que permite augurar que la curva seguirá picando hacia arriba durante muchos días más.
La flexibilización de las medidas sanitarias y el fin del curso escolar, con las consiguientes fiestas y viajes, continúan disparando los contagios entre la población que todavía no ha recibido la vacuna y ya nadie duda, ni en el Ministerio de Sanidad ni en las comunidades autónomas, de que sólo una inmunización masiva de este colectivo puede evitar una quinta ola que esta vez sería totalmente asimétrica por edades, ya que afectaría, casi exclusivamente, a los menores de 40 años.
Porque eso es lo que muestran ahora las estadísticas del departamento de Carolina Darias. Si en España solo vivieran menores de 30 años, franja que se está moviendo en incidencias por encima de los 345 casos, el país entero estaría en una incidencia propia del riesgo extremo. Sin embargo, la bajísima incidencia en el colectivo de mayores de 60 años, que cumple el objetivo de menos de 50 casos, compensa la media nacional y, de paso, reduce al máximo las muertes por covid.
Y es que el indicador más dramático de la pandemia, el de los fallecidos, ofreció este jueves una cifra tan baja, ocho muertos, que no se recuerda desde finales de agosto, cuando el país todavía recogía los frutos del confinamiento domiciliario de la primavera. En cualquier caso, el total de decesos, con prueba positiva, es ya de 80.883.
En cambio, los casos positivos escalaron hasta niveles muy preocupantes. El ministerio contabilizó en las últimas 24 horas 12.345 nuevos infectados, un registro que también remite a muchos meses a atrás. No se veían tantos infectados en una jornada de entre semana desde el 18 de febrero (salvo el 10 de junio, un ajuste de Sanidad), cuando España todavía estaba bajando la curva de la durísima tercera ola post-navideña. El global de contagios desde el inicio de la pandemia aumenta hasta los 3.821.305, según las estadísticas oficiales.
En la montaña rusa que son ahora los datos de Sanidad también destaca, en lo negativo, la tasa de positividad, que trepó ayer hasta el 5,41%, frente al 5,20% del miércoles. La Organización Mundial de la Salud avisa de que por encima del 5% existe transmisión comunitaria del virus.
Y en cambio, sobresale para bien la presión hospitalaria, que continúa a la baja. El total de camas ocupadas por pacientes covid se encuentra en el 1,94% (1,95% el día anterior) y en las UCI, en el 6,38% (6,52%), niveles mucho menores que los de meses pasados, que se explican en el hecho de que los jóvenes que se contagian necesitan menos recursos hospitalarios que las personas mayores, aunque no están exentos de sufrir una covid severa, como demuestra la hospitalización en cuidados intensivos de un adolescente de Elche de 18 años. Actualmente, hay 2.357 pacientes covid ingresados en toda España (2.375 el miércoles) y 584 en UCI (601).
La vacunación de los menores de 40 años es ahora una carrera contrarreloj para reducir al máximo el número de contagios y en este sentido, los datos diarios de la campaña de inmunización sí ofrecen motivos para la esperanza. Ayer, España volvió a batir el récord de dosis puestas en un día, con 747.589: 15 de cada mil españoles recibieron ayer un pinchazo.
Alrededor del 98% de los mayores de 70 años ha recibido la pauta completa y el porcentaje es también alto entre los de 50 y 59 años, el 75,9%. La principal laguna, por el riesgo que aún supone, se observa en el grupo de entre 60 y 69, donde sólo 48,9% tiene la pauta completa. La peor pesadilla de los epidemiólogos es que los hijos de esta cohorte (por debajo de 30 años, con tasas de vacunación total del 5%) se infecten en gran número y puedan acabar contagiando a sus progenitores. La Agencia Europea del Medicamento pidió ayer a los países que acelren la vacunación para evitar la propagación de la variante Delta.
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