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El 60 % de los españoles guarda los antibióticos que le sobran para usarlos después, sin prescripción médica, según el informe 'Uso y abuso de antibióticos: el peligro de la resistencia bacteriana', realizado por el Observatorio de Tendencias Cofares. Los que lo hacen dicen que es ... para su uso en «caso de emergencia», pero una segunda investigación -sin relación con la primera- revela que, en efecto, uno de cada siete personas los usa luego sin prescripción médica y sin que el motivo sea urgente.
Además en el primer estudio se revela que un tercio de la población no sabe qué es la «resistencia bacteriana a los antibióticos» y las consecuencias del mal uso de esta familia de fármacos. El surgimiento de las bacterias ultrarresistentes, inmunes frente a los antibióticos desarrollados por la industria farmacéutica se cobran entre 3.000 y 35.000 muertes de pacientes en los hospitales españoles. Según los expertos, el uso inadecuado de antibióticos favorece la aparición de infecciones intratables con los métodos conocidos.
Con una demanda similar al que había antes de la pandemia, casi la mitad de los españoles los ha consumido en los últimos seis meses, sobre todo los más jóvenes (61,6 %), aun cuando la cuarta parte de los encuestados creen que el antibiótico ha perdido eficacia ya sea porque su organismo «se ha habituado» o porque es inútil frente a «nuevas bacterias».
Estos datos se contraponen a los de un estudio que aborda la automedicación en España, realizado por Aegon. Uno de cada cuatro españoles se automedica, la cifra más alta desde 2020, indica el 'V estudio de salud y estilo de vida'. El segundo medicamento más popular usado sin prescripción médica es el antibiótico (13,2%), que va después de los antiinflamatorios o analgésicos (83,3%) y antes que los antidepresivos (11,2%). La mayoría busca «aliviar síntomas o dolores ocasionales y enfermedades leves o puntuales».
Entre los que ingieren antibióticos sin mediación del facultativo hay más hombres que mujeres (15% vs 8,5% de los encuestados), y están en la franja de edad entre los 26 y los 55 años. Los jóvenes son los que menos las usan.
La automedicación la excusan quienes la practican en que «saben que lo recetará el médico» (42%), no consideran que su enfermedad sea grave (31%), porque la cita médica no está próxima (21%) o para no perder tiempo en la consulta (18%). También se dejan «prescribir» por 'influencers', para tratar catarros (25,8%).
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