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El consumo de antibióticos ha librado a la humanidad de enfermedades infecciosas que antes suponían la muerte. Sin embargo, en los últimos años múltiples estudios han venido demostrándo que el mal uso de ellos puede generar resistencia y anular sus efectos. Las bacterias y los microbios se las han ingeniado para resistirse a antibióticos tan comunes como la Amoxicilina o la Doxiciclina.
Este fenómeno se trata, según expertos, de una «amenaza urgente para la salud mundial» y el problema podría agravarse si se tiene en cuenta el estudio publicado el lunes, 23 de enero, en la revista PNAS que establece una relación entre los antidepresivos y la resistencia a los antibióticos.
Los resultados de la investigación resultan preocupante porque el consumo de antidepresivos se ha disparado recientemente, sobre todo después de la pandemia, alcanzando una cuota de mercado farmacéutica del 4,8%. Por su parte los antibióticos marcan un 5%.
El estudio, realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland (Australia), se centra en la observación de las bacterias Escherichia coli (E.coli) ante los antibióticos, tras haber sido estas expuestas a los antidepresivos. Concretamente, las bacterias se someten durante 60 días a cinco tipos de antidepresivos: sertralina, escitalopram, bupropion, duloxetina y agomelatina, para después enfrentarlas a trece antibióticos y ver si ofrecen más o menos resistencia.
Los resultados varian, evidentemente, en función de las diferentes combinaciones de antidepresivo-antibiótico. Sin embargo, todas ellas mostraron una mayor resistencia en los microorganismos, especialmente en los casos de la sertralina y la duloxetina en dosis clínicamente relevantes. El estudio demuestra, por lo tanto, «que los antidepresivos ,en concentraciones clínicamente relevantes, inducen reisstencia a múltiples antibióticos.
Los investigadores, liderados por Yue Wang ya habían observado que esto ocurría con la fluoxetina, más conocida como Prozac, pero faltaba información que confirmase si esto era un fenómeno universal aplicable a todos los antidepresivos. Además, destacan que «la vida media de los antidepresivos en el cuerpo humano puede oscilar entre 1 y 2 horas para la agomelatina y hasta 144 horas para la fluoxetina, antes de la excreción. Los antidepresivos no se metabolizan completamente en el cuerpo humano y hasta el 50% se elimina a través de la orina o la excreción fecal. Por lo tanto, para los pacientes que reciben tratamiento antidepresivo a corto plazo, su microbioma intestinal o urinario estará constantemente expuesto a antidepresivos de diversas concentraciones«.
En este aumento de las resistencias bacterianas, resulta fundamental el incremento de la transferenia horizontal de genes (HGT), que es el movimiento de material genético entre organismos pluricelulares y unicelulares. Es decir, las bacterias al verse amenazadas aceleran su ritmo habitual de mutación y con ello la trasmisión de información, actualizada y más resistente a la amenaza que suponen los antibióticos. La transferencia horizontal de genes es un mecanismo que ha influido de forma crucial en la evolución y desde la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular aseguran que «hasta el 80% de los genes en un genoma bacteriano estándar han sido obtenidos mediante HGT en algún punto de su historia».
El siguiente paso a seguir sería comprobar si estos resultados se repiten en animales.
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