¿Quieres una alimentación diferente? Cocínalo tú

Si quieres disfrutar de armonía en el hogar, nada como promover que cada uno se encargue de sus asuntos. Su ropa, su orden, sus rituales y sobre todo, sus comidas. No hay forma más eficaz de amargar la vida a una persona que hacerle responsable de nuestra alimentación cuando tiene que ser diferente. A veces por necesidad y otras veces por capricho, puede haber varios menús diferentes para cada persona de una casa y os garantizo que no es lo que queréis para vuestra felicidad.

Mensaje dirigido a padres y madres que cocinan y manejan la organización de la compra y suministros: cuando algún miembro de la familia decide hacer una dieta distinta, vegana, vegetariana, crudívora, etc, una vez consensuado lo saludable o no de la decisión, es importante plantear unas líneas rojas para que la persona que cocina no regale su tiempo y esfuerzo sin necesidad. Otra cosa es descubrir un problema de metabolismo como una celiaquía o cualquiera de las patologías que precisan un cambio dietético, que aquí hay que fastidiarse, amiguinos.

El caso es el de un jovenzuela/jovenzuela que no quiere tomar carne, por ejemplo, y sus padres, por miedo a una posible desnutrición futura, se involucran excesivamente en ese cambio dietético. Es un error. La experiencia, que es la madre de la ciencia, hace necesario que el que quiera cambiar su dieta se encargue de todos los detalles, se controle con análisis, añada alimentos que puedan complementarlo, estudie la cuestión y sobre todo evite la tiranía de «si no me lo haces tú, mamá, me moriré de anemia y caquexia». No caigamos en esto, por favor. Es salud mental para todos. Responsable para decidir un cambio dietético, responsable para llevarlo a cabo y ser nutricionalmente independiente.