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Un remedio frente a los corazones demasiado grandes

Investigadoras del CNIC hallan dos proteínas responsables de la hipertrofia cardiaca, una dolencia asociada a la tensión alta, y abren la puerta a crear fármacos que la eviten

Borja Robert

Viernes, 22 de enero 2016, 14:35

Un equipo de investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha encontrado una manera de detener el mecanismo que usan las células del corazón para hacerlo más grande. Este aumento, que a veces no es más que una adaptación porque el individuo es deportista, también está asociado a la hipertensión y puede culminar en una hipertrofia cardiaca. Esta, en ocasiones, puede ser muy grave o incluso mortal. El hallazgo abre la puerta al desarrollo de fármacos o estrategias clínicas que impidan un desarrollo anómalo del órgano. Ya se ha probado con éxito en ratones.

El mecanismo, identificado por las investigadoras Guadalupe Sabio y Bárbara González-Terán y publicado en la revista científica Nature Communications, lo componen dos proteínas bautizadas p38 gamma y p38 delta presentes en las células cardiacas. Cuando están presentes y operativas, el corazón aumenta de tamaño según sus necesidades, algo que en la mayoría de casos es normal y hasta deseable. «El problema es cuando la hipertrofia se vuelve patológica», explica Sabio. Normalmente, a causa de un exceso de ejercicio físico, por obesidad o hipertensión.

Las dos proteínas identificadas, asegura Sabio, son las que controlan una tercera, denominada mTOR, responsable del crecimiento postnatal de toda clase de órganos. Para demostrar que eran las responsables de la hipertrofia, crearon ratones sin p38 gamma y p38 delta. «Y cuando la quitas te encuentras con que los ratones desarrollan un corazón muy pequeño, y que además no crece como respuesta a la hipertensión», indica la investigadora. Es más pequeño que el de un sujeto común, pero no tanto como el de una cría, aclara. Y, además, completamente funcional y, en apariencia, tan sano como cualquier otro.

Con esta información, que desvela al menos uno de los mecanismos subyacentes tras la hipertrofia cardiaca, las investigadoras abren una puerta al desarrollo de estrategias clínicas para prevenir las hipertrofias cardiacas, o para limitar su avance o prevenir sus peores consecuencias para la salud. Aunque la posibilidad de un fármaco basado en estos nuevos datos todavía es lejana, Sabio afirma ya es técnicamente posible diseñar una medicación que inhiba o elimine las dos proteínas del corazón.

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