Michael Portillo
Vermú de domingo ·
Disfrutón de cuanto le rodea, asume que «todo lo práctico lo hago mal: no sé cantar, no sé bailar, no sé cocinar. Pero creo que ahí está el encanto»Secciones
Servicios
Destacamos
Michael Portillo
Vermú de domingo ·
Disfrutón de cuanto le rodea, asume que «todo lo práctico lo hago mal: no sé cantar, no sé bailar, no sé cocinar. Pero creo que ahí está el encanto»La vida de este londinense, hijo de escocesa y de exiliado español (su padre, Luis Gabriel Portillo, fue viceministro de Justicia durante la República), se divide en dos tiempos: en el primero, Michael Portillo fue ministro con los Gobiernos de Thatcher y Major; en el ... segundo, se reveló como un gran presentador de programas de viajes. «Pero hay una conexión muy evidente entre las dos vidas: el político quiere comunicar y convencer al votante de su visión del mundo, y el presentador de un documental de viajes también quiere convencer a la gente de su manera de ver las cosas», apunta en un español casi perfecto. Conocido en nuestro país por su programa de viajes en tren y sus coloridas chaquetas, ahora presenta en el canal ¡Buenviaje! 'Andalucía con Michael Portillo', una producción de AMC Networks International en la que recorre el sur de España.
-Su vinculación con España le llevará a practicar el aperitivo del domingo.
-Los domingos por la mañana tengo programa en la televisión de once a una, y cuando termino me voy corriendo para comer con mis amigos, que varían de una semana a otra, pero siempre llego a la una y cuarenta y me tomo una copita de champán.
-En 'Andalucía con Michael Portillo' ha hecho cerámica, ha saboreado la mejor cocina andaluza, ha visto un cuadro flamenco… es usted un disfrutón.
-Jajajajaja. Pues sí, culpable. Pero, desgraciadamente, casi todo lo práctico lo hago muy mal: no sé cantar, no sé bailar, no sé cocinar, la cerámica se me da fatal, pero allí está en parte, creo, el encanto del programa, que soy tan inútil que el televidente espera lo peor y, normalmente, lo peor es lo que sale.
-Ha tenido dos vidas, una como político y otra como presentador de programas de viajes. ¿Ha pasado del blanco y negro al color?
-No. Las dos las he gozado muchísimo, no sabría elegir entre esas dos vidas. La vida política tiene mucho más estrés que mi vida actual, pero quizás también tenga más valor porque yo fui ministro de Defensa en una época muy interesante, cuando la Unión Soviética había pasado a la historia y los países del Este comenzaban a gozar de libertad por primera vez en muchas décadas. Fue una época muy importante, y nos parecía que jugábamos un papel relevante. No puedo decir lo mismo de mi carrera en los medios, pero disfruto muchísimo haciendo estos programas.
-Su padre sufrió el exilio. ¿Su pasión por España es una forma de compensarle por ese sufrimiento?
-Yo creo que sí. Pero no sé si lo explicaría así: cuando mi padre no podía volver a España, yo vine a los dos años con mi madre porque quería que conociéramos nuestro segundo país y nuestra familia. Yo tenía nueve tíos y treinta primos hermanos, y mi madre nos metió a todos la idea de que formábamos parte de España, que teníamos que conocerla y conocer a nuestra familia, y eso se me ha clavado mucho. Pero mi padre tenía pasión por Gran Bretaña, sobre todo por su democracia, que era lo que faltaba en España. Y entonces me metió la idea de la importancia de la democracia, y que él podía soportar su sufrimiento, por mucho que fuera, porque vivía en un país democrático y eso era un consuelo grandísimo para él. Ahora que España es una gran democracia, yo he continuado viniendo aquí. No sé si es compensación por lo que sufrió mi padre, pero desde luego es porque entre mis dos padres me metieron la pasión y el cariño por España.
-Su padre era republicano, su madre del Partido Laborista, y usted va y sale 'tory'. Las discusiones a la hora de comer serían tremendas.
-No, porque a mi padre le encantaba que participáramos en la política democrática. Yo tenía libertad de decir mis opiniones, y él tenía libertad de decir las suyas en Inglaterra. Lo importante para él era el debate, porque la verdad sale del debate, la mentira sale de la dictadura. Era muy idealista, pensaba que todos los problemas se podían solucionar con el debate. Claro, no es así, pero era su idea. Así que no, las discusiones no eran fuertes, eran estimulantes.
-Me sorprende que sea partidario del 'brexit' siendo un hombre cosmopolita, culto y viajero.
-Gracias por el piropo, pero es completamente lógico.
-¿Sí?
-Para mí, los valores políticos de cada Estado son muy distintos, por lo que es absurdo pensar que todos los europeos se puedan gobernar dentro de unos Estados Unidos europeos. Por ejemplo, cuando votamos en las elecciones al Parlamento Europeo, los británicos no entienden nada de España, ni de Hungría, ni de Finlandia, y cada uno vota por temas nacionalistas o nacionales. La idea de poder gobernar a todos los europeos desde Bruselas me da muchísima ansiedad porque no hay posibilidad de que los elegidos sean responsables ante los votantes y, cuando eso ocurre, lo que sigue son leyes y normas que no tienen el acuerdo del público. Eso es lo que pasaba en Gran Bretaña: la gente estaba harta de recibir leyes de Bruselas que no habían pasado por nuestro Parlamento, y si la gente estaba en contra de esas normas no podía hacer nada. Yo creo que, pronto o tarde, eso acaba mal.
-Cuando se retire ¿se quedará aquí en su casa de Carmona o seguirá viajando de un lugar a otro?
-Me encanta la vida que tengo y no puedo pensar en variarla.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.