El éxodo empresarial que está sufriendo Rusia empieza a afectar también a sus propias producciones. Así lo demuestra la pérdida de su primera bailarina, Olga Smirnova, quien, tras diez años como miembro del Ballet Bolshoi de Moscú, el más importante del mundo, lo ha dejado en señal de protesta contra la invasión de Ucrania. El próximo 3 de abril será su debut en el Ballet Nacional Holandés, en el que a partir de ahora desplegará su talento para la danza.
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Ha sido este miércoles cuando Olga Smirnova ha hecho pública, a través de Telegram, su decisión de abandonar el Ballet Bolshoi, tras condenar la invasión rusa a Ucrania, asegurando que se siente «avergonzada» por lo que está sucediendo en su país. La bailarina ha declarado que no podía «permanecer indiferente ante esta catástrofe mundial» que, según ella, «ha trazado una línea que marca un antes y un después». Y es que el conflicto en su caso, además, le toca personalmente, pues uno de sus abuelos es ucraniano.
Por su parte, el equipo del Ballet Nacional Holándes, que a partir de ahora contará entre sus filas con Olga Smirnova, ha emitido un comunicado en el que aseguran estar «encantados» con la presencia de una profesional a la que han definido como «inspiradora». Incluso el director, Ted Brandsen, ha dicho que es «una bailarina excepcional a la que admiro mucho. He seguido su carrera con gran interés durante muchos años. Es un privilegio tenerla bailando con nuestra compañía en Países Bajos, aunque las circunstancias que han impulsado este traslado sean increíblemente tristes».
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