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j. l. gonzález / agencias
GIJÓN
Viernes, 24 de mayo 2019, 02:19
Es uno de los lugares más inhóspitos del planeta, pero eso no impide que cada año lleguen hasta su cima cientos de personas. El Everest, el techo del mundo, se ha convertido en un lugar de peregrinación para muchos montañeros que buscan aventuras, aunque ... a veces no tengan los conocimientos técnicos sufiencientes para afrontarlas. La prueba se vivió el pasado miércoles, cuando más de 200 personas hicieron cumbre y, de paso, formaron un formidable atasco que se saldó con esperas de hasta dos horas.
Las rutas equipadas con cuerdas y escaleras, unido a las botellas de oxígeno y a los experimentados guías, convierten el ascenso a la montaña más alta del mundo en una aventura mucho más accesible que la que vivieron Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, los primeros hombres en pisar la cima del Everest. Ahora, en pleno periodo de máxima afluencia, el viaje se puede convertir en una suerte de placer que, no obstante, no está exento de riesgo.De hecho, el pasado miércoles un hombre estadounidense y una mujer India, ambos de 55 años, fallecieron después de haber alcanzado la cumbre sin que mediara ningún tipo de accidente. Donald Lynn Cash se desvaneció tras alcanzar la cima mientras estaba haciendo fotos.«Nuestros dos sherpas lo ayudaron a recobrar la conciencia, pero luego falleció cuando lo traían de vuelta», señaló Tenje Sherpa, de la expedición Pioneer Adventure. Anjali Kulkarni también falleció mientras realizaba el descenso, dos decesos que el organizador de la expedición Arun Trek atribuyó al excesivo flujo de montañistas.«No sabemos el número de personas que llegó a la cumbre, pero ha sido un día de mucho tráfico.Las expediciones se quejan de que hay que esperar dos horas o más para llegar a la cima», afirmó Gyanendra Shrestha, un responsable del gobierno nepalí que se encontraba ayer en el campo base.
Con Donald Lynn y Anjali Kulkarni son cuatro los fallecidos este año en el Everest, tras la muerte la semana pasada de un alpinista indio y el probable fallecimiento de un irlandés que resbaló y cayó cerca de la cumbre. El pasado año fueron cinco las personas que perdieron la vida en el techo del mundo, una montaña que castiga con dureza el error y que se ha llevado por delante a muchos otros montañeros que parecen haber sido tragados por ella.De hecho, ayer, vigilantes de la montaña recuperaron cuatro cadáveres sin identificar.
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