Los Reyes viajan al otro Principado

La visita, que se prolongará hasta hoy, dio comienzo a las diez de la mañana, cuando don Felipe y doña Letizia fueron despedidos con honores en el pabellón de Estado del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde tomaron un avión que les llevó hasta Lleida y, desde allí, un helicóptero que les trasladó hasta Andorra La Vella.

Y en el Principado la primera parada fue la Casa de la Vall, sede histórica del Consell General, el equivalente al Parlamento español, donde fueron recibidos por monseñor Joan Enric Vives i Sicília, copríncipe de Andorra y arzobispo 'ad personam' de Urgell, y por Patrick Strzoda, representante del presidente de Francia, Emmanuel Macron, el otro copríncipe. Los mismos que horas más tarde ofrecieron una cena de gala en su honor.

Una primera jornada con un carácter institucional, con encuentros con todas las autoridades del Principado y vítores, piropos y aplausos de los andorranos en las calles, mientras que la de hoy tendrá un carácter marcadamente social y cultural. Aunque, eso sí, doña Letizia aprovechó para participar en una reunión sobre el plan de inclusión de alumnado con discapacidad en los tres modelos educativos que hay en el país.

Y en el Principado volvió a hacer un guiño a Asturias luciendo uno de sus bolsos preferidos: el modelo 'Archy One' de la firma gijonesa Reliquiae, que también tiene en negro y que esta vez combinó con un vestido burdeos de la colección otoño-invierno de Massimo Dutti, otra de las marcas predilectas de doña Letizia, con cuello perkins, hombreras, manga larga, cuerpo ablusado y falda midi de corte evasé con efecto 'wrap'. Un diseño que también tiene Máxima de Holanda, que ya lució el pasado febrero en un acto en la Biblioteca Nacional y que ha modificado para cerrar parte de la espalda, con una pronunciada abertura en la versión original.

La Reina -con la mascarilla que ha desarrollado el CSIC, al igual que el Rey, también muy elegante de azul- lo acompañó con unos salones de piel a juego de Magrit, cinturón negro de Burberry, sus pendientes de aro en oro amarillo inspirados en cañas de bambú y su inseparable anillo de Karen Hallam.