Lorena Álvarez, en el barrio gijonés de Cimavilla. CAROLINA SANTOS
Los bares de mi vida

Lorena Álvarez: «Hay que recuperar la alegría y el cariño»

Lorena Álvarez se suma a la iniciativa para respaldar a la hostelería asturiana ·

La artista de Ibias desvela su relación con los bares como lugar de encuentro, escenario y punto de partida de ideas

PABLO A. MARÍN ESTRADA

gijón.

Sábado, 11 de julio 2020, 01:37

La cantautora Lorena Álvarez responde con su inconfundible risa y un rotundo '¡Por supuesto!', a la invitación para apoyar a la hostelería asturiana. «Me encanta estar en un bar, como a todo el mundo y desde luego que mi vida no podría explicarse sin ... ellos. Ahí me paso horas con otra gente o sola pensando en mis asuntos, escribiendo, anotando ideas. Son sitios especiales para que surjan cosas de provecho y donde puedes pensar con claridad... generalmente», apunta con una nueva expansión de humor. Acaba de volver a Madrid tras pasar en su Ibias natal unos cuantos días y desvela que la pillamos cocinando «unos fréjoles que me he traído de la huerta de casa. Vine cargada de allí: pimientos, cebollas, huevos... todo con un sabor que me devuelve a la realidad de disfrutar lo que es de verdad, algo impagable cuando estamos rodeados de tantas cosas falsas». Esa rara autenticidad, para la artista, se puede aún encontrar «en el tomate que sabe a tal, en algunas personas y sobre todo en muchos bares».

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En San Antolín tiene donde elegir: «Es lo que más hay allí, como en todos los pueblos de Asturias. Son los locales que me parecen más acogedores. Cuando estoy tocando y llego a una ciudad lo primero que busco es una taberna de ese tipo, cuanto más poso y solera mejor. Se dice parroquianos porque realmente se cita allí toda la parroquia, son lugares para encontrarse y estar. La pandemia nos ha privado de algo importantísimo para convivir como es el contacto físico y el mostrar afecto a los demás. Con las precauciones debidas hay que recuperar la alegría y el cariño a los otros y los bares son el mejor espacio para eso», opina.

Álvarez revela igualmente lo cómoda que se siente actuando en el pequeño escenario de un local «donde la gente pueda estar sentada a gusto tomándose algo y escuchándote». Ha buscado espacios así, combinándolos con teatros, para llevar su último trabajo, 'Colección de canciones sencillas', que «es un disco muy íntimo que se presta a ese ambiente familiar y relajado. La verdad es que me encanta tocar en bares». Hace un par de veranos dio uno de esos conciertos en La Plaza de Cimavilla y la evocación da pie a preguntarle si antes de lanzarse con su Banda Municipal frecuentó el epicentro del indie playu: «Con el Xixón Sound no tuve ninguna relación. ¡Si yo estaba en Ibias viendo orquestas en las romerías y disfrutando un mogollón! A Nacho (Vegas) o a las Pauline (Mar y Alicia Álvarez) los conocí de mayor. Mis conciertos de adolescencia eran las fiestas de prau, que me encantan». Le da pena su ausencia este verano y barre para casa si se le pide una lista de bares favoritos: «Todos los de San Antolín, están genial y se come muy bien. Vayan a conocerlos que allí es lo que más hay», repite con su risa más sincera.

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