Hace más de treinta años desde que cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la homofobia, bifobia y transfobia, conmemorando el día en el que la ONU dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental. Sin embargo, estas tres décadas ... no han bastado para erradicar los comportamientos discriminatorios hacia las personas que conforman el colectivo. Sin ir más lejos, hace unos días 'La Ventana' de Cadena Ser se hizo eco de un nuevo acto homófobo ocurrido en Potes, Cantabria. Se trata de un hombre que solicitaba un puesto de trabajo como carpintero en un negocio del municipio, pero finalmente fue rechazado por tener «ese problema».
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Tal y como se puede escuchar en el programa que presenta Carles Francino, el dueño del negocio llamó al aspirante para comunicarle que no le encajaba en el puesto de trabajo. «Vale, no pasa nada, sin problema», asumió inmediatamente el carpintero. Sin embargo, el propietario continuó hablando para explicar su decisión.
«Tienes ese problema, que no es un problema, ¿vale? No es un problema. Yo no lo veo como un problema, pero yo se lo tengo que consultar a los otros compañeros y no les apetece mucho », se justificó. Desconcertado, el aspirante le preguntó que a qué «problema» se refería.
«A que eres gay, ¿me entiendes?», se apresuró a responder. «¿Sabes qué pasa? Que a mí me vas a crear un problema», trató de justificarse. «Ya, pero yo tengo mi pareja y tengo mi cabeza centrada...», le contestó el aspirante. «Pero tienes otros tres compañeros y los vas a incomodar. Yo les he preguntado: 'Joder, no me jodas, no sé qué...'», reproducía las palabras de sus empleados. «Creo que se van a generar malos rollos y voy a tener problemas. Me jode, pero no puedo hacer otra cosa», decía.
«¿Si usted estuviera contratando a una mujer también sería un problema?», preguntó perplejo el aspirante. «Una mujer en este trabajo... no se va a dar el caso a día de hoy. Si un día se contrata a una mujer, será una mujer», alegó el dueño.
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«A mí no me importaría, no me molesta tener a una persona trabajando que sea gay. Pero luego en los trabajos hay convivencia y si no hay un buen ambiente, no se trabaja igual, hay problemas y lo tengo que consultar. No los he visto muy de acuerdo», proseguía. Acto seguido reprodujo otra de las cuestiones que le plantearon sus empleados: «¿Y luego dónde nos cambiamos? A mí no me apetece cambiarme en el vestuario...», le preguntaron sus actuales empleados para mostrar su disconformidad con la posible contratación de un hombre gay.
Ante esta situación homófoba, Carles Francino lanzó una interesante reflexión: «Yo no sé si a veces pecamos de optimistas o igual nos movemos en ambientes en los que determinados problemas no son visibles».
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