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Ya han dado comienzo las tan ansiadas rebajas de verano que durarán en algunos establecimientos hasta septiembre. Dos meses llenos de oportunidades para pillar alguna ganga con la que rellenar el armario de ropa o cambiar por fin ese electrodoméstico que tanto tiempo lleva sin funcionar. Tecnología, cosmética, ropa... todo descenderá de precio en las rebajas, pero ¿qué trucos usan las tiendas para que compres más?
La distribución de una tienda en época de rebajas se basa en la estrategia de colocar el producto rebajado al lado de las novedades, que casi siempre estarán a la entrada de la tienda para que sean lo primero que el cliente ve y se encapriche de ellas. Así, el producto rebajado quizá no tenga stock, talla o colores que se quieren y al ver uno parecido al lado se escoja el de precio más elevado.
El pequeño truco de ofrecer pagar a plazos algo que es caro llama mucho la atención ya que el cerebro asimila mejor la estrategia de hacerle creer que paga 1 euro al día en lugar de decirle que cuesta 300 euros al año. Engañar al cerebro para que crea que todo cuesta menos puede parecer mejor opción ya que el producto que hay rebajado habría que pagarlo en el momento sin opción de financiarlo. De esta forma la tienda ya gana al lograr que compres el producto sin rebaja.
En muchas ocasiones la etiqueta o los carteles marcan el primer número con letra mucho más grande que los dos decimales. Por ello, las personas que van a comprar el producto no redondean al alza, sino que se fijan tan solo en el primer número. Esto es una estrategia cuando el precio, por ejemplo, es de 4,99. Los dos decimales irán en letra más pequeña y nuestro cerebro asimilará que el producto cuesta 4 euros.
Existen varias estrategias para hacer creer al cliente que está comprando una ganga, por ello algunos consejos prácticos a la hora de ir a comprar en rebajas es llevar ya un presupuesto de lo que se quiere gastar, así como mirar previamente lo que se necesita realmente. No caer en las tentaciones que las tiendas ponen e ir en horas que no sean punta ya que así, sin prisas, evitaremos coger lo primero que veamos.
Un truco muy fácil para saber si lo que vamos a comprar es realmente necesario o es puro consumismo es seguir la regla de las cuatro preguntas antes de comprarlo:
1. ¿Lo necesito?
2. ¿Puedo obtener el mismo producto más barato?
3. ¿Necesito financiación para comprarlo?
4. ¿Cómo me voy a sentir con este producto dentro de un año?
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