Tensión tras la salida del detenido por el asesinato del niño de Lardero: «Asesino, te voy a matar»

La juez del Juzgado de Instrucción 2 de Logroño ha dictado prisión provisional comunicada sin fianza para el detenido, Francisco Javier Almeida, que ha sido conducido desde los juzgados a la prisión de Logroño.

El detenido, que ha sido acusado de un presunto delito de homicidio, se ha acogido a su derecho a no declarar.

Francisco Javier Almeida López de Castro, presunto asesino del niño de 9 años la noche del jueves en un edificio de la calle Río Linares, de Lardero, había pasado este domingo a disposición judicial.

Sobre las diez y media de la mañana de este domingo, la Guardia Civil de La Rioja lo ha trasladado desde el cuartel, donde permanecía desde su detención, a los juzgados de Logroño.

Almeida, de 54 años y vecino de Lardero, salió del centro penitenciario de Logroño el 8 de abril del 2020 (semanas antes había regresado a la cárcel riojana desde el penal de El Dueso) después de 21 años, 7 meses y 13 días encarcelado por el asesinato y agresión sexual a una mujer el 17 de agosto de 1998, el llamado 'crimen de la inmobiliaria'.

La Guardia Civil lo ha trasladado desde los calabozos de la Comandancia hasta el Palacio de Justicia, situado a 500 metros, al tiempo que entregaba el atestado en el que los investigadores llevan trabajando desde la detención y que previsiblemente incluirá el resultado preliminar de la autopsia del niño. La víctima presentaba marcas alrededor del cuello, lo que apunta a un estrangulamiento. Durante el traslado, un hombre se ha abalanzado sobre el coche policial que lo trasladaba al grito de «hijo de puta, asesino, te voy a matar».

Los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial han tomado declaración desde el viernes a numerosos testigos, incluidos los padres de Álex, y han llevado a cabo con sus compañeros de Criminalística la inspección ocular del piso 3 D en el número 5 de la calle Río Linares de Lardero. Fue allí donde supuestamente asfixió al pequeño tras conducirlo a la vivienda con el pretexto de que le iba a dar un cachorro, según algunos vecinos.

A la espera de los delitos que le impute la juez para enviarlo a la cárcel sin fianza, Almeida de momento tendrá que acabar de cumplir los más de tres años de condena que le restaban de la pena de 25 por el asesinato y agresión sexual de Carmen, la empleada de una inmobiliaria de Logroño, en 1998, tras la revocación de la libertad condicional, ahora puesta en entredicho. Llevaba en libertad desde abril de 2020 sin incumplir ninguna de las condiciones que fijó el juez de Vigilancia Penitenciaria y tras disfrutar de 39 permisos desde 2013.

Almeida no había abierto la boca desde el jueves por la noche cuando lo sorprendieron con el cuerpo de Álex en los brazos a punto de coger el ascensor en el segundo piso con la intención de ocultar al niño en el maletero de su coche o en su trastero. No ha trascendido si ha declarado en las últimas horas en sede policial, algo que no hizo en sus delitos anteriores (ni cuando agredió sexualmente a una menor de 13 años a finales de los ochenta ni cuando mató a la empleada de la inmobiliaria una década después).

Su larga estancia en prisión (más de 26 años) lo convierte en un delincuente que conoce a la perfección el funcionamiento del sistema por lo que todo apunta a que no confesará los hechos o tratará de diluir su responsabilidad. Dado el tipo de crimen, un niño, el entorno y la indignación, la rabia y la consternación que se ha adueñado no solo de Lardero sino de toda La Rioja, es previsible que la magistrada lo envíe a una cárcel de otra comunidad. De hecho, su anterior condena la cumplió en El Dueso (Cantabria) y solo pasó a depender de la prisión de Logroño cuando Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado en febrero del año pasado.

Almeida se llevó al niño engañado (detención ilegal), quebrantó la libertad condicional (quebrantamiento), mató a Álex (homicidio/asesinato) y no ha trascendido si también abusó de él por lo que se enfrentaría además a un delito sexual. Con este abanico de posibles delitos, el depredador si es condenado está abocado a la prisión permanente revisable, cuya constitucionalidad acaba de refrendar el Tribunal Constitucional.

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