SANDRA S. FERRERÍA
Jueves, 23 de abril 2020, 02:10
Un 30% de mi clientela desayunaba y comía fuera y ahora desayunan, comen, meriendan y cenan en casa». Este es el principal motivo que achaca Pablo Ramos, dueño de El Almacén de Pablo, en Oviedo, a la subida de precios que se está produciendo ... a raíz de la crisis sanitaria. A su juicio, «hay más demanda que huerta» por lo que los agricultores se ven obligados a subir el precio de la mercancía. «Faltan trabajadores para poder recogerlo y ahora hay un consumo mucho mayor», insiste.
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La naranja es uno de los productos que más ha subido, entre 10 y 15 céntimos a la semana. Pablo Ramos afirma que esta subida en el producto español se producía otros meses en junio, pero este año se adelantó. «Yo calculo que para junio ya no tendremos naranja de zumo española», advirtió.
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El presidente de la Unión de Consumidores de Asturias, Dacio Alonso, afirma que los ciudadanos trasladan una subida de precios en general «y en aquellos productos más demandados en particular, como son las frutas y verduras». Así, Ana Fernández, encargada de la frutería La Negra Flor, sita en el Fontán, afirma que las verduras que más subieron fueron el brécol, el calabacín y la coliflor. El primero llega a los 3,95 euros, mientras que antes su precio oscilaba entre 2,50 y 2,95 euros. El calabacín subió un euro, de 2,50 a 3,50. La coliflor es la que más ha subido: la pieza que habitualmente tiene un precio de 2,50 llegó a 4,95 euros.
Por su parte, Alejandra Dorado es la propietaria de la frutería La Xana, en el Mercado del Sur de Gijón. Ella inauguró su negocio el jueves anterior a que se decretara el estado de alarma. A los alimentos ya mencionados añade la berenjena que pasó de 2 euros a 3,40. Respecto a la fruta, la propietaria del negocio apunta a que la naranja de zumo subió 10 céntimos. «El precio no ha llegado a subir el doble pero sí hay picos del 75%», explica César Rodríguez dueño de la frutería Esperanza, en Gijón. Además del brócoli y la coliflor, añade el pimiento que coincidió con el cambio de temporada, por lo que la subida de precio es habitual.
Respecto a otros productos los precios se mantienen. Carlos Mier regenta la carnicería CaryMar en Oviedo. «Ni bajó ni subió el precio de nada. El pollo sigue valiendo 3,45 euros el kilo, que es lo que más compraba la gente porque es lo más barato», explicó.
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Dacio Alonso apuntó a que al principio del confinamiento «se notó una apreciable bajada de precios en las pescaderías». Alfonso García, de La Serena del Cantábrico, indica que el calamar bajó cinco euros, el virrey pasó de 45 a 38 euros, y el pixin negro de 18,19 a 15,90 euros. Por su parte, Silvia Suárez, encargada de la pescadería Llastres indica que los oricios han bajado de precio entre 2 y 3 euros el kilo.
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