Pravia se quedará en casa en el Xiringüelu más atípico

Segundo fin de semana de agosto, probablemente el más folixero y desenfrenado del verano astur, pues a la fiesta que rodea descenso del Sella, que culminaría el sábado con la carrera de piraguas, se le sumaba el domingo la fiesta del Xiringüelu, la que probablemente es la romería más multitudinaria de la región, con cerca de 30.000 asistentes las últimas ediciones. Este año, que sería además el 80 aniversario, el prau Salcéu, o Salceo, como lo llaman muchos pravianos, se quedará más silencioso que nunca. La Cofradía del Xiringüelu, que agrupa a las peñas y organiza a las fiestas, ha decidido no realizar acto alguno, ni siquiera simbólico. «No queremos dar pie a que haya fiesta aunque no haya sido convocada, así que creemos que es mejor no hacer nada y confiar en que el año que viene podamos celebrarla a lo grande», explicaba uno de sus miembros, que además es concejal de Festejos del Ayuntamiento de Pravia: Alejandro del Busto. Eso sí, «cada peña y cada grupo puede hacer lo que quiera, nosotros desde el Ayuntamiento hacemos un llamamiento a la prudencia, pero no hay nada prohibido. Las restricciones están publicadas y todos sabemos lo que se puede hacer y lo que no».

Y es que visto que en el fin de semana del Carmín y en el Carmen hubo demasiada fiesta en las calles de La Pola y Cangas el Narcea, ante lo complicado de la situación, con rebrotes en las últimas semanas, la salud es la salud. «Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero la pandemia está ahí. Si no fuese así, estaríamos todos abrazándonos en el Xiringüelu».

Una fiesta que tiene un prespuesto de 95.000 euros anuales y que, al no celebrarse, dejarán de ingresar el hostelero que monta el bar, las orquestas, las charangas, las empresas de transportiste que trasladan a los romeros, los empleados de seguridad que se contratan, las imprentas que hacen los carteles... «Y ahora imagínate lo que perderán los llagares de sidra», recalca Alejandro Busto.