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Europa Press
Miércoles, 18 de diciembre 2019, 19:29
Un agente de la Policía Nacional ha salvado la vida de un niño de cuatro años con una maniobra de primeros auxilios en Lorca. La madre del menor entró a la comisaría de la Policía Nacional de esa localidad pidiendo auxilio y uno de los policías, que estaba en el servicio de seguridad, salió rápidamente en su ayuda.
Los hechos ocurrieron hace pocos días, cuando una mujer acudió angustiada a pedir ayuda a la comisaría de Policía Nacional de Lorca. Su hijo, de tan solo cuatro años de edad, se estaba asfixiando y no sabía cómo socorrerlo.
El agente acudió en su ayuda y comprobó que el pequeño no podía respirar, aplicándole la maniobra de Heimlich. Rodeó al niño con sus brazos para apretarle en la boca del estómago hasta que expulsó un trozo de comida que se le había quedado encajado.
👏👏 Muy orgullosos de nuestro compañero por salvar la vida a un niño 👦 de 4 años que se atragantó con un trozo de comida en #Lorca, #Murcia. La madre del pequeño pidió auxilio y el agente 👮♂️, una vez comprobó que el niño se estaba asfixiando, le aplicó la #ManiobraDeHeimlich pic.twitter.com/SybxeHmYlw
Policía Nacional (@policia) December 18, 2019
Posteriormente, tanto la madre como el niño fueron acompañados al interior de la comisaría, donde fueron asistidos por el resto de agentes.
Desde que los agentes de Policía Nacional comienzan su formación como alumnos en la Escuela Nacional de Policía de Ávila, se inician en el aprendizaje de técnicas de primeros auxilios.
Ante determinadas situaciones de emergencia, estos conocimientos pueden ser cruciales para asistir a las personas hasta la llegada de los servicios sanitarios incluso, su puesta en práctica, puede salvar vidas.
Asimismo, los agentes continúan recibiendo una formación continua a lo largo de su carrera profesional a través de cursos y jornadas de formación.
Desde la práctica de una reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta cómo resolver un atragantamiento o realizar una primera asistencia en caso de hemorragias, contusiones o quemaduras, pasando por la detección de un ictus, forman parte de la instrucción teórico-práctica de los agentes para poder prestar un mejor servicio a los ciudadanos.
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