La polémica receta de una monja en un concurso de televisión que atribuyó a Arguiñano

La concursante, que se identificó como Monja Hammond, «protestante y artista», dio la nota el jueves en el exitoso programa 'Ven a cenar conmigo', de Cuatro

EL COMERCIO

Gijón

Sábado, 25 de agosto 2018, 12:29

'Ven a cenar conmigo' es un programa de la cadena Cuatro que se emite de lunes a viernes a partir de las 20.30 horas. Está teniendo un gran éxito de audiencia todas las semanas. Cinco concursantes deben elaborar una cena especial y ... luego organizar una amena fiesta como final de la velada. El anfitrión que logre la mayor puntuación por el menú que ofrezca al resto de comensales se lleva un premio de 3.000 euros.

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En el programa del jueves la anfitriona era una joven que se identificó al inicio del concurso como Monja Hammon. «Soy una monja protestante y artista», dijo a sus sorprendidos compañeros de mesa: Raquel, experta en decesos; Charlie, motero e hipnotizador; Dilena, auxiliar de enfermería; y Javier, deportista e intérprete. Pero lo más surrealista de su cena fue que les aseguró que había preparado un plato basado en una receta del mediático chef guipuzcoano Karlos Arguiñano.

Su menú fue:

De entrante presentó 'Delicias del convento'. El plato se componía de pimientos del piquillo rellenos de bacalao. Como principal, 'Kebab Cristiano'. «Variante del Kebab tradicional, solo que cristianizado. Las especias que lleva mi carne del kebab son secretas», declaró. Lo emplató con hummus, lechuga, setas y salsa de yogur. De postre ofreció 'Maná del desierto'. «Es una recetita misteriosa del convento», aseguró la religiosa. La masa llevaba yogur y harina y la metió al horno. Luego le puso por encima chocolate. Lo presentó acompañado de un sorbete de café del que salía una pajita.

«La receta es de Arguiñano», aseguró la monja a sus atónitos invitados al ver la cara que ponían cuando les presentó el entrante. Los pimientos del piquillo los rellenó con unos enormes trozos de bacalao cocido y cebolla. «Vamos a ver cómo emplatamos estos piquillos y que queden bonitos», indicó ante la cámara mientras trajinaba en la cocina, al tiempo que cantaba «Aleluya». Echó para cada comensal nata aguada con caldo de pescado en el fondo de un plato, dos espárragos formando una cruz y los piquillos «a modo de lenguas de fuego que representaban la caída del espíritu santo el día de San Pentecostés». Por último, puso salpicón de marisco a ambos lados de la cruz. Los comensales no daban crédito a lo que veían. No pudieron disimular que no les gustó nada de nada el plato. A buen seguro que no se creyeron que la religiosa había seguido una receta del locuaz y televisivo cocinero Arguiñano. La puntuación de la cena fue: Charly, 4; Dilenia, 4; Javier, 2, y Raquel: 4. Este viernes se ha conocido el desenlace del concurso, y ha quedado la última. Parece que la singular monja tiene que mejorar mucho para ser como Karlos Arguiñano.

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