Coronavirus | Pillan de nuevo a un vecino de Gijón en los Picos de Europa

El hombre se hallaba estacionado en una pista que une la localidad de Sotres con Áliva, en una zona conocida como las Minas de Ándara, cercana adonde había sido localizado la pasada semana. En esta ocasión, la explicación que dio a los agentes fue que había regresado en busca de material fotográfico que tenía guardado en una cueva cercana. La Guardia Civil, tras informarle de que iba a volver a ser denunciado por no cumplir con las restricciones del estado de alarma, le instó a regresar a su domicilio. Para asegurarse, llegaron a acompañarlo de regreso durante 20 kilómetros a través de pistas y carreteras comarcales, hasta la localidad de Arenas de Cabrales.

Sin embargo, el hombre volvió a reincidir y, minutos más tarde, vecinos de esta localidad ponían en conocimiento de la Guardia Civil que se encontraba merodeando por el pueblo. Los agentes le ordenaron por segunda vez que regresase a Gijón y para asegurarse le acompañaron hasta Cangas de Onís.

En la anterior ocasión, el sujeto había sido localizado por la Unidad de Helicópteros (UHEL) en la Llomba del Toro, en las inmediaciones de Sotres. Entonces indicó a los agentes del Grupo de Montaña de Cangas de Onís que llevaba acampado en su coche desde febrero y que era conocedor del estado de alarma. De hecho, la Guardia Civil halló cantidad de cajas con desperdicios, envases vacíos y ropa tendida fruto de su larga estancia. El campista es un viejo conocido de esa zona de los Picos de Europa, cuyos habitantes llevan años denunciando su presencia en el Parque Nacional.

Ya en enero de 2018 elevaron su malestar a los entonces responsables de la Consejería de Medio Ambiente durante una reunión celebrada en Carreña. Desde entonces, la indignación ha ido en aumento, pues entienden que infringe sistemáticamente las normas propias del espacio protegido.

La persistencia del sujeto le expone a duras penas. La multa por «desobediencia» a la autoridad cuando no llega a ser entendida como delito supone una sanción que puede ir de los 601 a los 30.000 euros. En Asturias el viernes ya se tuvo que aplicar un castigo superior a un hombre que había sido sorprendido ocho veces sin causa justificada. Para saldar su desobediencia grave ingresó en prisión seis meses.