Darío Menor
Roma
Domingo, 17 de julio 2022, 21:50
Hablar en el seno de la Iglesia católica sobre la píldora anticonceptiva ha dejado de ser un tabú. Cincuenta y cuatro años después de la publicación de la encíclica 'Humane Vitae', en la que Pablo VI cerró la puerta a que los fieles evitaran embarazos ... no deseados recurriendo al preservativo o a la citada píldora, con el papa Francisco empiezan a abrirse nuevos escenarios. Son ya varios los gestos que, si bien de manera discreta y con sordina, muestran que dentro de la propia jerarquía católica siempre ha habido diversidad de opiniones sobre esta espinosa cuestión. Aunque resultaría exagerado pensar que vaya a cambiar la doctrina, se ha producido un cambio respecto al inmovilismo sobre los anticonceptivos que caracterizó los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Publicidad
La última señal vino a principios de este mes con la publicación por parte de la editorial vaticana de 'Ética teológica de la vida', un libro que recoge las actas de un seminario celebrado el año pasado en el que participaron teólogos, filósofos y otros expertos, y que estuvo organizado por la Pontificia Academia para la Vida, una institución de la Santa Sede. En el volumen, promocionado por los medios oficiales del Vaticano, puede leerse que cuando se producen «condiciones o circunstancias prácticas que harían irresponsable la elección de procrear», los matrimonios pueden echar mano «con una elección sabia de las técnicas contraceptivas», no recurriendo eso sí nunca al aborto.
Esta apertura al uso de los métodos anticonceptivos artificiales no va más allá de una opinión ni por supuesto cambia la doctrina, aunque resulta significativo que se encuentre en un volumen publicado por el propio Vaticano. «Abre una perspectiva que supera la 'Humanae Vitae'», explica el vaticanista Iacopo Scaramuzzi, autor de 'El sexo de los ángeles', un ensayo recientemente publicado en italiano en el que analiza el «cisma silencioso» que está provocando entre los católicos la posición oficial de la Iglesia en cuestiones como la moral sexual, la pederastia o el feminismo. «Son muchos los fieles que no siguen la 'Humanae Vitae'. La Iglesia debería estar preocupada porque su magisterio no incida en ese aspecto de la vida de las personas. Esta situación puede hacer que el Papa y sus sucesores afronten algunos nudos doctrinales en el futuro, lo que resultará dificilísimo», señala Scaramuzzi.
Otra significativa señal de la discreta voluntad del Vaticano de que se hable de estas cuestiones ha venido con la reciente publicación de un documento sonoro de 1968 en el que el futuro Juan Pablo I, Albino Luciani, entonces obispo de la diócesis italiana de Vittorio Veneto, se mostraba favorable al uso de la píldora anticonceptiva. Luciani pronunció aquellas declaraciones meses antes de que viera la luz la 'Humanae Vitae'. Tras la publicación de la encíclica, aceptó la tesis de Pablo VI contraria al uso de los métodos anticonceptivos.
Publicidad
Stefania Falasca, vicepresidenta de la Fundación Vaticana Juan Pablo I y vicepostuladora de su causa de beatificación, que se celebrará a principios de septiembre, explica que el futuro Juan Pablo I consideró aceptable la píldora porque se basa «en una sustancia natural que produce el propio cuerpo». Luciani estudió la cuestión por habérselo encargado la Conferencia Episcopal Italiana y pese a su opinión inicial, se plegó luego a lo que dictaminó Pablo VI y defendió la 'Humanae Vitae'. «El Papa es el Papa», señala Falasca.
Luciani, cuyo pontificado duró tan solo 34 días, no era el único que estaba a favor de que la Iglesia 'bendijera' los métodos anticonceptivos. Es algo que se ha reivindicado con la aparición del libro 'El nacimiento de una encíclica: la 'Humanae Vitae' a la luz de los Archivos Vaticanos'. Su publicación en 2018 por parte de la editorial oficial de la Santa Sede fue la primera señal de que había dejado de ser un tabú preguntarse dentro de la Iglesia sobre los anticonceptivos. «La reconstrucción historiográfica realizada por Gilfredo Marengo en el libro refleja todo el debate que hubo y que Pablo VI tomó la decisión sobre los anticonceptivos en minoría respecto a la comisión de teólogos que se había creado para estudiar la cuestión», afirma Scaramuzzi, para el que la publicación de esa obra es «un modo indirecto de decir que las decisiones no son dogmas y que cambian con la historia».
Publicidad
Que Jorge Mario Bergoglio haya impulsado o, al menos, permitido, que salgan a la luz estas informaciones no debe confundirse en ningún caso con una supuesta voluntad por cambiar la doctrina. Francisco sabe bien que una de sus primeras tarea es garantizar la unidad de la Iglesia y es consciente de que un cambio en este aspecto no gustaría al sector más conservador de la comunidad católica.
Pero el Papa «considera que los católicos pueden elaborar en un modo adulto las enseñanzas de la Iglesia», como afirma Scaramuzzi, y ha dado ya muestras en numerosas ocasiones de que le interesa más abrir debates y procesos que puedan ser completados por sus sucesores que tomar decisiones que generen controversias y fracturas internas dentro de la Iglesia.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.