Coronavirus | Hasta los perros cambian su rutina

Las pocas personas que se podían ver paseando con sus perros, lo hacían solas, con prisa y sin alejarse de sus casas. Concienciadas todas ellas de que toda precaución era poca durante sus salidas, en aquellos lugares donde coincidía más de uno, las distancias se guardaban y las conversaciones se mantenían a varios metros. Una demostración más de que la ciudadanía se lo está tomando en serio.

En el parque fluvial, Alberto Sánchez aceleraba el paso al rtimo de la música que sonaba en sus auriculares. Al otro lado de la correa, 'Budi' se agitaba queriendo reanudar su habitual marcha, pero, aunque él no lo sepa, aún le quedan varias jornadas hasta que pueda retomar sus rutinas. «Es el primer día y ya lo llevamos mal», bromeaba su dueño. «Pero es lo que hay que hacer, no nos queda otra. Esta es la única forma de que el coronavirus vaya remitiendo, debemos acatar las decisiones de los responsables que son quienes saben lo que debemos hacer», añadía.

'Loli', una perra muy animada, no tenía con quién compartir ayer sus carreras. En el jardín donde habitualmente pasa el tiempo con los perros de sus vecinos, era la única que disfrutaba de aquel espacio. Su amo, Luis Casal, la vigilaba contemplando cómo tenían la calle solo para ellos. «Estos días no saldremos de paseo, solo vendremos aquí», contaba. Un práctica que se extendía en el parque para perros de la calle Anselmo Solar. «Noto que está viniendo menos gente y los que vienen se van antes», apuntaba Casal. Pero como a él, a muchos no les queda más remedio que salir por necesidad de sus mascotas. Esto mismo explicaba Diego Otero durante su paseo con 'Klaus'. «Es lo que nos toca, pero tenemos que tener mucho cuidado», apostilló.

Sentada en un banco, leyendo en su móvil las noticias, Rocío Quintela aprovechaba los últimos rayos de sol, antes de que se instalaran definitivamente las nubes, para que 'Tana' corriera al aire libre. «La tengo que sacar varias veces al día porque es muy activa, pero vengo a esta zona donde no hay gente», explicaba. Mientras tanto, a lo lejos, 'Sherlock' y 'Noa' se revolcaban por el suelo y aprovechaban los pocos minutos que tenían para disfrutar fuera de casa. Sus dueñas, entretanto, charlaban en la distancia. «Tenemos que sacarlos igualmente, pero ya no nos vamos de paseo, solo salimos a la puerta de casa», contaba Charo Álvarez. Todo el día encerrados hace mella en los canes. «Necesitan que los saquemos, lo hacemos para que desfoguen».

Tocará durante una temporada limitar los paseos y reducir los juegos compartidos al aire libre, pero, aunque será complicado, el recuerdo de caminar con ellos siendo ajenos al reloj, de llevarlos de excursión entre amigos y de nadar juntos en la escalera 24 deben ser los motivos que animen a todos los dueños a quedarse estos días en casa para estar, muy pronto, de nuevo, haciendo cotidiano lo que de repente parece exótico.