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Hace 29 años que Beatriz Cepeda (Zamora, 1986), más conocida como Perra de Satán, veranea en Gijón, donde un buen día su abuela decidió comprar un piso. Y, además de estar de vacaciones con su familia, en Asturias escribe su próxima novela esta filóloga y ... guionista que triunfa con su podcast -donde hace activismo bisexual-, su espectáculo 'Mal de la olla' y su último libro, '¿Puedo hablar de mi salud mental!', escrito a medias con su colega Enrique Aparicio (aka Esnórquel) y en el que cuenta cómo, cuando empezó a engordar, su vida cambió «por completo»: «Pasé de ser una niña sin problemas a una con un problema muy gordo. Nuestra sociedad hace creer a las niñas que engordar es algo muy grave contra lo que deben luchar». La historia de cómo acabó desarrollando un trastorno de la conducta alimentaria y cómo se enfrentó a él.
-¿Cómo anda?
-Encantada y en modo relax, como siempre que estoy en Xixón. Aunque todos los días voy a escribir a la biblioteca porque en casa es imposible. Allí enseguida me distraigo y pienso en ir a la nevera o a limpiar el baño (Ríe).
-¿No se cansa de esto?
-Qué va. Lo que más me gusta de Asturies es que cada año descubro algo nuevo. Por más que vengas, no se acaba nunca.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, el año pasado descubrí el Museo de la Prehistoria de Teverga y me encantó. Y hace poco estuvimos por fin en las cuevas de Tito Bustillo. Nos ha costado años conseguir entradas.
-¿Lo primero que entra en su maleta?
-Las bragas. Que se te meta arena en el chichi es lo peor (Risas).
-¿Después de tantos años tiene algún ritual?
-Sí. El día que llego tengo que comer pote. Es obligatorio. Y me marcho con la maleta cargada de quesos envasados al vacío. Y, luego, ir a Verdiciu. Esa playa me gusta mucho porque es en la que me metí en el mar por primera vez después de tener auténtica fobia...
-¿Cómo la superó?
-Gracias a la terapia. La primera vez que me metí entera y logré nadar dos segundos, hace poco, fue en Verdiciu. Aunque es verdad que el verano anterior ya me había metido hasta las rodillas en Salinas. Eso sí: me meto siempre donde haya gente para que esté alguien cerca que me socorra si en ese mismo instante me da por morirme. Y, si no hay nadie, no me meto (Ríe).
-Hablando de terapia, ¿cómo nos ve de la olla?
-Es imposible estar vivo y no estar un poco cucú. Estamos todos tocaditos. Lo que pasa es que hay cosas de las que ni siquiera somos conscientes. Por ejemplo, los trastornos del sueño, que son los más normalizados e incluso celebrados, porque llegamos a presumir de lo poco que dormimos. Quien más quien menos, todos cojeamos bastante de la cabeza.
-Ha contado su trastorno alimentario para ayudar a otros...
-Sí, porque yo me di cuenta de lo que me pasaba gracias a una chica que colgó un vídeo en Youtube que se titulaba 'Soy comedora compulsiva'. Si ella no se hubiera expuesto, yo no me hubiese dado cuenta de nada. Lo peor de que te pase algo así es que te sientes solo. Así que, si mi experiencia puede servirle a alguien, adelante.
-¿Hemos avanzado algo contra la gordofobia o el verano sigue siendo una época crítica y llena de juicios y prejuicios?
-Hay cosas que no han cambiado. Y, en cuanto pasa la Semana Santa, siempre ocurre lo mismo. Todas las campañas son: 'Operación bikini', 'Ponte guapa para el verano', 'Método de cinco semanas en el gimnasio...'. Y, luego, es una época sobre la que hay demasiadas expectativas que muchas veces no se cumplen y eso supone una presión extra. Hay expectativas de que te vayas de vacaciones. Es decir: de que tengas dinero. Y hay expectativas de que la líes con tus amigos, cuando hay mucha gente que no tiene vida social... Eso contribuye a agrandar tus problemas.
-¿Expectativas electorales?, ¿ya ha votado?
-¡Claro, cariño! Dadas las circunstancias, si no votas es que tienes unos huevos más gordos que una avestruz. Porque Vox ya se ha quitado la careta y el PP también. Y en Xixón supongo que estáis muy al día de eso. Esta gente ya ha movido ficha. Ya ha salido de una concentración contra de la violencia de género, ya ha dicho que va a derogar leyes, ya ha empezado a censurar obras... Así que, a menos que seas Florentino Pérez, Amancio Ortega o una gran fortuna, no entiendo que los votes. Cuando eres clase trabajadora, mujer, gay y muchas otras cosas más y decides votar a la ultraderecha por joder a Pedro Sánchez, te estás jodiendo a ti mismo, porque estás votando en contra de muchísimas medidas sociales que han sido aprobadas durante su Gobierno.
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