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N. A. ERAUSQUIN / J. L. GONZÁLEZ / F. DEL BUSTO
GIJÓN / OVIEDO / AVILÉS.
Viernes, 20 de marzo 2020, 02:29
Cada parada de Arcelor se refleja en cascada en sus subcontratas y con los recortes derivados de la crisis del coronavirus no será menos. La multinacional siderúrgica trasladó ayer formalmente a las empresas auxiliares su decisión de parar distintas instalaciones, de cara a que estas ... puedan también realizar los ajustes necesarios. De ahí que los representantes sindicales den por sentado que en los próximos días estas compañías también recurrirán a la regulación de sus empleados. En la actualidad, tras la finalización de las principales obras de mejora en las factorías de la región, trabajan cada día en las plantas de Gijón y Avilés unos dos millares de personas ajenas a la plantilla de la multinacional.
No obstante, de momento, las auxiliares aún no han trasladado qué ajustes realizarán, ya que Arcelor tampoco ha concretado sus necesidades de personal. Sí se sabe qué instalaciones prevé detener. Serán el horno alto 'A', pendiente de mejoras tras los arreglos acometidos en el 'B', uno de los sínter, galvanizado auto, una máquina de colada continua de la acería de Avilés y no arrancar el convertidor 'A', que se encuentra en reparación. Junto con personal de oficinas, serán más de 2.000 trabajadores de Arcelor los que se vayan para casa regulados.
La multinacional ya ha trasladado su intención de acogerse al ERTE de fuerza mayor aprobado por el Gobierno por la crisis del coronavirus y no el que tiene acordado con los sindicatos, con mejores condiciones para los trabajadores -90% del sueldo bruto y 100% en pagas extra y vacaciones-. En el caso de las auxiliares, la mayoría de empresas también cuentan con expedientes de este tipo listos para aplicarse en caso de tener que reducir de forma brusca las plantillas. Sin embargo, el temor de los representantes de los trabajadores es que también quieran optar por emplear el mecanismo habilitado por el Ejecutivo, un aspecto que rechazan de pleno, ya que supone una merma salarial muy importante.
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«Ya hay un ERTE activo desde hace años para momentos de reducción de la demanda y ese es el que se tiene que aplicar», insistió ayer el secretario general de UGT-FICA, Jenaro Martínez, tanto para el caso de Arcelor como para el de las auxiliares, mientras que su homólogo en CC OO de Industria, Damián Manzano, recordó que las medidas que se adopten deben ser «de carácter absolutamente temporal, que no haya pérdida ni de empleo ni de actividad». Además, reclamó que los trabajadores no paguen en exclusiva «el peaje de la paralización de la actividad».
El Principado, por su parte, recalcó, en boca de su portavoz, Melania Álvarez, que no se debe hablar «de cierre de las instalaciones, sino de suspensión de las actividades». El expediente de regulación acordado ayer por Saint-Gobain y sindicatos recoge una garantía de mantenimiento de todos los puestos de trabajo una vez que concluya el actual estado de alarma. En este sentido, Álvarez se mostró confiada en que la recuperación industrial llegue cuando se gane la batalla al virus.
En el caso de Saint-Gobain, la dirección de la compañía y los comités de empresa de las factorías de Avilés y Arbós (Tarragona) cerraron un acuerdo para aplicar un ERTE por razones de fuerza mayor, que fue firmado por las secciones sindicales de CC OO, UGT y CGT, presente en Arbós, mientras que la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) rechazó el ERTE.
En la fábrica de Avilés, con unos 430 trabajadores, el acuerdo se aplicará desde el miércoles por la tarde a los trabajadores de Sekurit, con una plantilla de 200 personas. Esta división, centrada en el sector del automóvil, no recibe pedidos por la paralización de la industria de la automoción. La actividad de Glass, dedicada a la construcción, es diferente. Cuenta con tres líneas de producción y un horno float. Estas aún mantienen algo de carga de trabajo, pero la bajada de los pedidos y los suministros de proveedores dibujan un horizonte de paralización progresiva, que se irá aplicando según cese la demanda. Las características del horno obligan a que se encuentre siempre activo, por lo que se mantendrá un retén para asegurar su funcionamiento.
Desde CC OO, Jesús Moro destacaba que el acuerdo «busca sobre todo proteger la salud de los trabajadores y garantizar la continuidad de la actividad en Saint-Gobain una vez que se supere la actual crisis». Desde CSI, se rechaza el acuerdo por acudir a una regulación y no aplicar el Estatuto de los Trabajadores, que permite suspender la actividad laboral por el riesgo de la plantilla, argumentando que la empresa cuenta con recursos económicos para ello.
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