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Tras la apertura la noche anterior de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano, dando así comienzo al Jubileo, el Papa Francisco impartió este miércoles su bendición 'Urbi et Orbi' desde el balcón central de la basílica vaticana, concediendo de esta ... manera la indulgencia plenaria (perdón de los pecados) a las personas que lo escuchaban. Ante los miles de fieles que se congregaron en la plaza de San Pedro, el Pontífice leyó su tradicional mensaje de Navidad, en el que, como cada año, fue deteniéndose en los distintos conflictos que sacuden el mundo. Ucrania, Gaza, Líbano, Siria, Libia, República Democrática del Congo, Sudán y Haití fueron algunos de los territorios en los que se detuvo el Papa, al que se le vio fatigado, debido probablemente al resfriado que arrastra desde hace unos días y a su elevada edad, ya que cumplió 88 años la semana pasada. Deseó Francisco que este Año Santo sirva para derribar «todos los muros de separación», tanto los «materiales» como los «ideológicos» que «marcan la vida política».
«Que callen las armas en la martirizada Ucrania. Que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera», dijo Jorge Mario Bergoglio en su mensaje navideño, en el que insistió en la necesidad de «silenciar las armas y superar las divisiones» en todo el mundo. Fue el mismo mensaje que pidió para Oriente Medio, dirigiendo su pensamiento en particular a Gaza, cuya situación humanitaria calificó de «gravísima». «Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra», pidió el Papa. En los días anteriores había sido criticado por las autoridades israelíes por denunciar sin ambages la «crueldad» con la que el Ejército del Estado hebreo se comporta en Gaza, un mensaje en el que insistió durante la homilía de la misa de Nochebuena al recordar «a los niños ametrallados, a las bombas sobre las escuelas y sobre los hospitales».
También tuvo palabras durante su mensaje navideño para los miembros de la comunidad cristiana de Líbano y de Siria ante el «momento tan delicado» que viven, debido a la invasión por parte de Israel y el cambio político en Damasco con la caída del régimen de Al Assad. «Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto», insistió, animando a continuación a buscar «soluciones» que propicien la «reconciliación nacional» en Libia. Luego se acordó de las crisis humanitarias que viven las poblaciones de diversos países africanos, como República Democrática del Congo, Burkina Faso, Malí, Níger y Mozambique, donde los conflictos armados y el terrorismo se ven agravados por «los efectos devastadores del cambio climático». En su recorrido por el tablero internacional, deseó además que se puedan encontrar «soluciones eficaces en la verdad y justicia» en varias naciones latinoamericanas, como Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua.
Finalmente, el obispo de Roma pidió a los fieles que respondan con «gratitud» a los «padres, educadores y maestros», por su responsabilidad como formadores de las nuevas generaciones, así como a los sanitarios, miembros de las fuerzas del orden y quienes desarrollan obras de caridad. No se olvidó tampoco de pedir una vez más la condonación de la deuda pública de los países pobres.
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