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A. FERNÁNDEZ
GIJÓN.
Viernes, 20 de diciembre 2019, 03:26
Los tiempos cambian. Y hasta el belén se actualiza, se moderniza y se hace viral en vísperas de la Nochebuena. La madre duerme y el padre sostiene y atiende al bebé. Esa nueva manera de mirar y recrear el nacimiento de Jesucristo en ... la localidad palestina de Belén hace dos milenios largos recorre ya el planeta de arriba abajo y el propio Papa Francisco se ha encargado de elogiarla, defenderla y venderla como ejemplo de la corresponsabilidad de los padres en el cuidado de sus hijos. Francisco, entre todos los recibidos, destacó un nacimiento que le regalaron el martes con ocasión de su 83 cumpleaños y en el que la Virgen descansa mientras san José se ocupa del niño Jesús y que sirvió al pontífice a recordar que «hay que hacer descansar a la mamá».
«¿Cuántos de ustedes deben dividir la noche entre marido y mujer porque el niño o la niña llora, llora, llora?.. Dejen descansar a mamá. Es la ternura de una familia, de un matrimonio», explicó Francisco durante la audiencia general del miércoles dedicada a la tradición de poner el nacimiento en los hogares católicos de medio mundo. El papa argentino se refería a ese nacimiento lejos del tradicional en el que se ha representado a la Virgen María recostada y aparentemente dormida, mientras que san José tiene en sus brazos al niño Jesús e intenta hacerle dormir.
El Papa Francisco, que hace algunos días publicó un documento en el que se recordaba la importancia para los católicos de poner el belén en sus casas, escuelas y en el trabajo, afirmó que el nacimiento ofrece en estos tiempos «frenéticos», «una invitación a la contemplación». «Nos recuerda la importancia de detenernos», dijo. «Ante una sociedad frenética, el belén nos hace dirigir nuestra mirada a Dios, que es pobre de cosas, pero rico de amor, nos invita a invertir en lo importante, no en la cantidad de bienes, sino en la calidad de los afectos».
Agregó que «el belén es una imagen artesanal de la paz ante tanta violencia e individualismo que nos rodea. En el pesebre todos convergen en Jesús, quién es el Príncipe de la Paz, y donde está Jesús hay armonía, y nos dice que no estamos solos, porque él está con nosotros, dándonos una vida nueva». A los peregrinos de lengua española, reiteró su invitación: «Los invito a preparar el belén en sus hogares y a detenerse para contemplarlo, para que el nacimiento de Jesús los llene de alegría y les conceda la paz».
Mientras eso sucede en Roma, en Palestina se espera ya la llegada de la Nochebuena y su misa del gallo, con las velas listas. Allí comenzó todo en el lugar donde hoy se levanta la basílica de la Natividad.
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