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A. C. RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Viernes, 20 de septiembre 2024, 02:00
Viene a incidir el último libro del prestigioso investigador Carlos López-Otín en que la salud no es simple y llanamente la ausencia de enfermedades. Es mucho más. Y así lo recoge el hombre que se ha ganado todos los respetos como catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, que durante décadas ha sido uno de los buques insignia de la Universidad de Oviedo y cuya firma ha concitado el reconocimiento internacional por sus pioneras contribuciones al estudio del genoma humano, el envejecimiento y diversas enfermedades, como el cáncer. Es obvio pues que lo que tenga que decir López-Otín sobre salud merece toda la atención. De ahí, la publicación del libro que saldrá a la venta el próximo 30 de octubre, 'La levedad de las libélulas' (Ediciones Paidós), donde recoge desde un nuevo enfoque el camino hacia la medicina de la salud real, hacia el equilibrio físico y mental necesarios para alcanzarla.
Explican desde la editorial del sello Planeta que López-Otín desvela a lo largo de sus más de 250 páginas su rayuela o ecuación de la salud, en la que demuestra la importancia del componente psicosocial en nuestra salud y cómo la armonía entre lo mental y lo físico determinan nuestro bienestar y longevidad.
Parte este enfoque de sus recientes investigaciones publicadas, junto a su colega Gido Kremer en la revista 'Cell', que prueban que la salud es el resultado de un compendio de ocho características organizativas y dinámicas que mantienen el equilibrio de las funciones de nuestro organismo. En el momento de la publicación de este estudio, en 2021, EL COMERCIO recogía que estas ocho claves pueden agruparse en tres grandes conceptos que, a parecer de López-Otín, serían básicas para mantenerse sanos. El primer grupo es el de la compartimentación espacial, en el que incluyen la integridad de todas las barreras que, de una forma u otra, nos protegen: las membranas de las células, la microbiota intestinal, el sistema cardiovascular... Y también las herramientas que sirven de contención de las perturbaciones que se producen en nuestro cuerpo (células defectuosas) o que entran en él desde el exterior (patógenos). El segundo se refiere al mantenimiento de la homeostasis, esto es, el equilibrio y la autorregulación internos necesarios para que estemos bien de salud. Trata de los elementos que permiten el reciclaje y renovación de las células, la correcta integración entre todos los circuitos que permiten al cuerpo humano funcionar con normalidad y el mantenimiento de los llamados ritmos circadianos. Es decir, dedicar el tiempo suficiente al sueño, recibir luz del sol... El tercer gran grupo es el de la respuesta al estrés. Ahí entran la resiliencia homeostática –la capacidad del cuerpo para recuperar la normalidad tras sufrir alteraciones–, la hormesis –la adaptación del organismo a un factor estresante en dosis bajas y de forma intermitente– y la reparación y regeneración celulares.
De esas investigaciones y de la exploración de nuevas perspectivas parte ahora su nuevo libro, en el que Otín narra cómo los aspectos físicos y mentales se entrelazan en una curiosa ecuación que define nuestra salud y bienestar, a la vez que ofrece unas sencillas pautas para obtener los mejores resultados.
Para ello, el también brillante divulgador científico, que la próxima semana recogerá en el Teatro Jovellanos el Premio de Ciencia de EL COMERCIO, utiliza su característico estilo narrativo, lleno de alusiones personales y referencias a la cultura literaria, musical y artística desde el Renacimiento hasta nuestros tiempos.
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