La nueva María Isabel: antes muerta que olvidada

El sonido urbano, los tatuajes, las uñas largas y afiladas como puñales y esa estética 'choni' tan de moda, podrían llevar a pensar que María Isabel ha decidido seguir la estela de Rosalía. Sin embargo la onubense se rebela... «Me gusta Rosalía pero mi carrera musical tiene ya quince años. Con 11 grabé 'Toma que dale' y eso ya era un reguetón. Es un género que he escuchado desde pequeñita». Luego está lo de la provocación sexual entendida como empoderamiento femenino, tan de su generación... «No es nuevo -puntualiza-. Norma Duval hizo en su día un desnudo y Marilyn Monroe también. Fueron dos adelantadas y si entonces no se las consideró feministas es porque eran otros tiempos. A la mayoría de las mujeres nos gusta sentirnos sexys y decir aquí estoy yo».

Aclara María Isabel que para ella el feminismo «es la igualdad del hombre y la mujer, cobrar lo mismo por un trabajo. Pero lo que tú quieras enseñar o no forma parte de la libertad de cada una. Y está en la mente de los hombres lo que quieran pensar». La mente de ciertos hombres ha dado lugar a letras de reguetón de corte machista... «Odio las canciones que utilizan a la mujer como tal. Pero luego hay otras que hablan de sexo y no tenemos que escandalizarnos. El sexo es algo que hacemos todos. No estamos aquí por el aire, ja, ja, ja... Pero hay maneras y maneras de expresarlo».

Nacida en Ayamonte, donde la nombraron hija predilecta y le pusieron un parque a su nombre, María Isabel López Rodríguez asegura haber tenido una infancia «completamente normal, gracias a mis padres, que lo han hecho muy bien. Además -aclara-, los niños prodigio de antes no son los de ahora. Yo jugaba con mis 'barbies' y bajaba a la calle a corretear con mis amiguitos». Estudió en el colegio público de su barrio y fue educada «en la amabilidad, el respeto y los valores de la vida». Desparpajo sigue sobrándole porque lo trae de serie. Tiene un hermano mayor y un sobrino de tres años que es su debilidad... «Me encanta pasar muchos ratos con él y también con mi madre, soy muy familiar». De novios no habla. «No creo que eso le interese a la gente, mis fans me suelen preguntar solo por mi música».

Tras su fulgurante éxito eurovisivo, la de Ayamonte se lanzó de cabeza al estrellato. Sacó cuatro discos, presentó 'Los Lunnis', hizo una película, grabó un álbum como adolescente... Hasta que dijo basta. «No me gustaba el tipo de música ni el estilismo que me proponían, no estaba cómoda. Para qué seguir y para qué cambiar. Hoy me mantengo fiel a mí misma. Pero todos tenemos alguna vez inseguridades y también paré por ese motivo. A veces una retirada a tiempo puede ser una victoria». La decisión la tomó ella. «Me gusta escuchar consejos pero yo siempre he sido de decidir las cosas. Habrá quién se deje manejar. No es mi caso. No me considero un producto. Canto la música que yo quiero. Si a mí no me apetece hacer algo, nunca lo haré».

Con la misma determinación, se matriculó en Educación Infantil «para tener unos estudios». Pero nunca dejó la música. «Tengo en mente siempre lo que quiero, soy muy luchadora, muy trabajadora y muy exigente conmigo misma. Pero no es una obsesión. Yo disfruto con lo que hago». Hoy diría que antes muerta que... «sin el cariño y el apoyo de mi gente, que son fundamentales para mí». Porque sencilla es un rato.... «Sí, sí. Aquello era solo una canción, que no me define en absoluto. Yo, aunque sea femenina y me guste ir arreglada, a nivel interior soy muy sencilla».