Ni británica, ni africana, ni india: la OMS rebautiza las variantes del coronavirus con letras griegas

Los nombres dados por los científicos para las variantes incluyen números y letras como: B.1.351, 501Y.V2 y 20H / 501Y.V2 y eran demasiado complicados, por lo que serán utilizados únicamente con fines divulgativos. La OMS, pese a no ser la responsable de etiquetar con los nombres de los países a las mutaciones del virus, ha decidido renombrarlas con nombres sencillos para el público que sustituyen las complejas denominaciones científicas y evitan relacionarlos con zonas geográficas concretas.

De esta forma, según la nueva nomenclatura, la variante detectada en el Reino Unidopasará denominarse Alfa, la localizada en Sudáfrica se llamará Beta, la descubierta en Brasil será la Gamma y la encontrada en la India será conocida como Delta. Las letras del abecedario griego sirven para identificarlas por orden de detección y las nuevas variantes que sigan apareciendo usarán este mismo patrón.

La epidemióloga Maria Van Kerkhove, directora de la unidad de enfermedades emergentes y zoonosis de la OMS, aclaró: «No estamos diciendo que se reemplace B.1.1.7, sino que queremos ayudar en la conversación con la gente normal. Se trata de que se pueda hablar sobre algunas de estas variantes en un lenguaje más fácil de usar». La organización ya ha publicado un listado de las nueva nomenclaturas en su web y ha asegurado que de darse el caso de encontrarse con más de 24 variantes de la covid (el total de letras griegas), se buscará y anunciará un nuevo programa de nombres..

La elección del alfabeto griego se produjo tras meses de deliberaciones en las que los expertos consideraron otras opciones, como los dioses griegos y nombres pseudoclásicos inventados, aseguró el bacteriólogo Mark Pallen, que participó en las conversaciones. Otra de las posibilidades fue la de considerar a las variantes como VOC1, VOC2, etc. pero fue descartada cuando se dieron cuenta de que se parecía a una palabrota en inglés.

Históricamene las variantes han recuperado el nombre de los lugares en los que se cree que surgieron, como sucedió con el ébola, que lleva el nombre de un río congoleño. Una nomenclatura perjudicial y en ocasiones inexacta, como sucedió con la gripe española de 1918, cuyo origen se desconoce y fue notificada por primera vez en Estados Unidos.