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'Banquete real', de A. Sánchez Coello
Los mil nombres del tenedor

Los mil nombres del tenedor

El más moderno de los cubiertos de mesa ya fue usado por Carlos I e incluso por los soldados de la Armada Invencible

Viernes, 13 de abril 2018, 15:23

Al comienzo del libro 'La España vacía' (2016), Sergio del Molino se pregunta por qué en castellano distinguimos entre «tenedor» y «horca» mientras que casi todos los idiomas europeos usan palabras similares para estas dos herramientas con púas, tanto la de comer como ... la de pinchar paja. ¿Demuestra esto desprecio urbanita hacia el mundo rural? ¿Clasismo? ¿Ganas de diferenciar un utensilio refinado de uno rústico o de baja estofa? Podría ser todo eso o quizás, simplemente, que allá a principios del siglo XVI, cuando el tenedor empezó a asomar la patita por España, alguien decidiera que era correcto llamarlo según el uso que a aquel modernísimo instrumento se le daba en la mesa: el de sujetar la comida de camino a la boca. Y tenedor viene del latín tenere, que significa precisamente sujetar, mantener o agarrar, así que no está tan traído por los pelos. Lo realmente curioso es que acabara triunfando la denominación «tenedor» cuando en nuestro país ya se conocían muy diversas y antiguas palabras para nombrar a este aparatejo: forchina, broca, horquilla, forqueta, tridente, pirón, arrejaque, furcilla, cuchare de púas.

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