Newsom, el gobernador que derrota a los elementos

Desde que en 2018 fuera elegido por una aplastante mayoría de californianos, el gobernador Newsom parecía atraer también las iras de Washington. Los ataques de Trump se sucedían casi a diario contra el líder de un estado profundamente demócrata, desde aleccionarle públicamente sobre contención de incendios hasta amenazar con negarle la ayuda federal en momentos dramáticos de evacuaciones masivas y pérdida de vidas. La tormenta perfecta estaba en marcha y en septiembre de 2020 un vertiginoso aumento del desempleo y la movilización de los antimascarillas y antivacunas llevaron a la convocatoria de un referéndum para su destitución.

En virtud de una ley estatal de 110 años de antigüedad, los ciudadanos pueden pedir la revocación de un gobernador en el cargo provistos solo de un puñado de firmas y la financiación necesaria. Una ley que, trasladada a estos tiempos de implacable conflicto partidista, se ha convertido en un arma de acoso y manipulación de los republicanos.

Acostumbrado al éxito desde joven, Newsom insistía en que todo ello eran golpes de mala suerte. Después de todo, la buena fortuna le había acompañado desde que, tras graduarse en la universidad, fundara un negocio de vinos Premium de boutique con su amigo millonario Gordon Getty, que con el tiempo llegó a convertirse en un conglomerado de 23 negocios incluidos bodegas, restaurantes y hoteles.

En 2003, el apuesto demócrata irlandés se vio convertido en el alcalde de San Francisco más joven de la historia. Casado con la no menos flamante Kimberly Guilfoyle -latina de padre irlandés y católica como Newsom-, la ex fiscal y comentarista legal de programas de televisión puso sensualidad al tango político. De la noche a la mañana el matrimonio se convirtió en la pareja del momento, una de las uniones políticas con más glamour desde Jack y Jackie Kennedy.

El espejismo se rompió pronto y en 2006 llegó el divorcio, cuando trascendió que Newsom había tenido un romance con la esposa de su entonces jefe de campaña. Tiempo después, conoció a su actual esposa, Jennifer Lynn Siebel, una cineasta directora de documentales con la que tiene cuatro hijos. Guilfoylem, su ex, no se quedó atrás. Tras un par de relaciones, giró por arte de birlibirloque a la ultraderecha y terminó en la campaña de Trump recaudando fondos y emparejada con Donald Jr.

Aunque muchos le consideren un niño rico, Newsom no es ajeno a las dificultades en la vida. Tras la separación de sus progenitores a la edad de 5 años, Gavin y su hermana crecieron con su madre, pluriempleada para mantener a la familia. En contraste, los veranos los pasaba con su padre que, aunque no pagaba su manutención, llevaba a Gavin a exóticos safaris en África. Pero lo más difícil fue tratar con una dislexia que le causaba humillación y le mantenía retrasado en el colegio. Hasta hoy el gobernador prefiere documentos e informes por medio de audio y nunca usa la pantalla para leer en público: es un orador natural.

La campaña propulsada por los republicanos para destituirle empezó a cobrar fuerza después de que un juez de Sacramento decidiera en el marco de la pandemia extender 120 días el plazo de recolección de firmas. Simultáneamente un nuevo repunte duro de infecciones de la variante Delta en el estado parecía certificar el acta de defunción política del gobernador que atravesaba sus momentos más bajos.

La campaña de Newsom no parecía salir a flote, a veces por sus propios errores. El gobernador fue sorprendido asistiendo a una cena con un grupo empresarios en un restaurante de lujo, al tiempo que disuadía a los californianos de hacer fiestas. Él estaba furioso, vulnerable y al límite. Pero la revocación produjo en él una dramática transformación y, sin nada que perder y bajo extrema presión, decidió redoblar las medidas restrictivas del Covid y lanzarse a una serie de reformas históricas.

Newsom, que es propenso a distraerse, hizo cambios drásticos en su gabinete y rompió su hábito de crear comisiones y grupos de trabajo en lugar de tomar medidas directas. Introdujo inversiones históricas como el jardín de infancia de transición universal, aumentó las becas universitarias y propulsó la distribución de vacunas. Su giro dio resultados. La campaña de Newsom centró su mensaje en su política sobre el coronavirus y caracterizó a su principal oponente, el locutor de radio republicano antimáscara y antivacunas Larry Elder, como una peligrosa extensión de Trump.

276 millones de dólares después, los números empezaron a estar de su lado y el 14 de septiembre el 'no' a su revocación se impuso por aplastante mayoría con el 60% del voto. Con ello se convirtió en el segundo de los últimos tres gobernadores demócratas del estado en evitar su destitución (el gobernador Gray Davis perdió el referéndum de destitución en 2003 contra el republicano Arnold Schwarzenegger). Lo ocurrido tendrá una importante resonancia política nacional de cara al ciclo electoral 2022, demostrando así que se pueden ganar elecciones a pesar de la impopularidad de las medidas contra la pandemia.