¡Que no te timen! Todo en lo que debes fijarte al comprar un móvil de segunda mano

Estas dos últimas opciones pueden parecer lo mismo, pero no lo son. Un móvil reacondicionado es uno que estaba de exposición o ha sido devuelto por algún cliente en los primeros 30 días tras su compra. Usualmente, el embalaje tiene algún daño que impide la venta como nuevo por parte de una empresa especializada o el propio fabricante. Dichas compañías revisan el dispositivo para verificar su buen funcionamiento y se aseguran de que quede como salido de fábrica.

En cambio, con los teléfonos de segunda mano vendidos entre particulares no existe garantía de su buen funcionamiento. Suelen tener mejor precio que los reacondicionados pero también acarrean mayor riesgo de que suframos una estafa.

La compra de terminales de segunda mano y reacondicionados está en auge, según indicó un informe de la empresa analista de tecnología de consumo International Data Corporation de enero de este año, que revelaba que el año pasado este tipo de ventas creció un 9,2% respecto a 2019. Dicha cantidad está incluso por debajo de lo previsto, ya que para este año se espera un crecimiento cercano al 12%. Aunque comprar un buen terminal a un precio ventajoso es una posibilidad sensata, hay que tener cuidado para evitar timos.

Por norma general hay que sospechar de las ofertas demasiado buenas, ya que es más probable que se trate de un engaño y el teléfono tenga algún problema no detectable fácilmente. Encontrar un iPhone 11 a 400 euros en buenas condiciones es extraño, sobre todo porque los productos de Apple se devalúan menos que los Android. Según el portal de venta de segunda mano bankmycell, el año pasado los smartphone de Apple se depreciaron un 22,35%, mientras que en los teléfonos Android el porcentaje de la devaluación es muy variable: un 26,46% los modelos de LG, un 30,29% los de Nokia, un 33,46% los de Samsung, un 34% las Blackberry, un 38,46% los Google Pixel, un 39,51% los teléfonos de Sony, un 42,57% los de Motorola y un 53,08% los de HTC.

En caso de quedar con el vendedor para realizar la compra hay que verificar algunos elementos antes de cerrar el trato:

■ El estado exterior del teléfono. Que no haya abolladuras, que la pantalla no tenga rayaduras ni roturas mirándola bien a la luz y pasando el dedo sobre la superficie para detectar una posible fisura. Si hay un protector conviene retirarlo con cuidado para comprobar directamente la pantalla. Al encenderla hay que verificar que se ve correctamente y se nota al subir y bajar el control de brillo. Para revisar que funciona bien se puede abrir alguna aplicación como Maps y mover el mapa. Conviene asegurarse de que la carcasa tampoco tiene rayas o abolladuras. No hay que olvidarse de revisar que todos los botones (encendido y apagado, volumen…) funcionan de la manera adecuada.

■ Las cámaras: Hay que comprobar que las lentes de las cámaras no están rotas o desplazadas. Una forma de examinar al mismo tiempo las cámaras y la pantalla capacitiva es tomar un par de imágenes con las cámaras delantera y trasera y luego verlas en el mismo móvil, para comprobar que tome las fotos de manera correcta y que al pinzar o separar los dedos la imagen se acerca o aleja. También es recomendable grabar unos instantes de vídeo.

■ Comprobar que el teléfono realiza llamadas y recibe datos. Si se tratase de un terminal robado es posible que su dueño legal lo hubiese bloqueado directamente o, si hubiese notificado el IMEI a la operadora, ésta lo hubiese inutilizado.

■ Los sensores. Antes de comprar un teléfono siempre conviene revisar las características del modelo, incluso cuando es un dispositivo de segunda mano. De esta manera es más fácil comprobar si funcionan todos los sensores: de huella, de reconocimiento facial…

■ El sonido. Hay dos simples operaciones para verificar que en este apartado el smartphone está en buen estado. La primera es realizar una llamada al terminal, comprobando que se oye bien y el micrófono capta sin problemas la voz. La segunda es probar unos auriculares con cable si el teléfono dispone de conector (éste puede haberse averiado en una caída, aunque no presente marcas exteriores). Si es posible, sincroniza unos auriculares Bluetooth.

■ El funcionamiento. A los móviles se les pide mucho más que realizar llamadas, así que para probarlos sería aconsejable abrir varias apps, reproducir algún vídeo y ver si esto ralentiza mucho el funcionamiento del dispositivo (teniendo en cuenta su antigüedad). También hay que verificar, en 'Ajustes', si el espacio de almacenamiento es el que afirma el vendedor.

■ El estado de la batería. Si el anterior propietario no ha sido cuidadoso es posible que la batería esté muy degradada y no dure mucho pese a la carga. Si el teléfono es un iPhone se puede ver en Ajustes > Batería > Salud de la batería > Capacidad máxima. Cuanto más alto sea (el máximo es 100%), mejor estará la batería del dispositivo. Si se trata de un teléfono Android, para poder establecer el estado de la batería habría que descargar una aplicación como 'Battery HD'.

■ Cerciorarse de que el terminal es libre o, al menos, de que funciona con la operadora con la que se vaya a utilizar (algunas proveedoras venden teléfonos incompatibles con otras).