La primera escena de la crucifixión de Cristo de la historia del cine se proyectó en Gijón hace hoy 125 años.

La pasión de Cristo, en Gijón

El primer film conocido sobre Jesús de Nazaret se estrenó en el Teatro Jovellanos, en un acto a beneficio de la Cocina Económica

ARANTZA MARGOLLES

Domingo, 11 de febrero 2024, 00:57

No hay que confundirla con la de 1903, aunque se llamasen igual. 'La vie et la passion de Jésus-Christ' fue el título elegido para la larguísima película (de más de diez horas) de Ferdinand Zecca que a principios del siglo XX experimentó no solo con nuevas formas de narrar los episodios religiosos, sino también con el color. Pero previamente se había titulado así también el corto, de unos diez minutos, de Georges Hatot y Louis, uno de los hermanos Lumière. Rodado en 1898, hace 125 años se estrenó en Gijón. Concretamente en el Teatro Jovellanos, aunque eso no era lo previsto.

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Se había planeado proyectar la cinta, por el contrario, en el local de la Cocina Económica, en tanto en cuanto la sesión se hacía en beneficio de la entidad. Tal día como hoy, el mismo en que se celebró el evento, EL COMERCIO anunció que «por dificultades surgidas en el alumbrado» la película se proyectaría, finalmente, en el Teatro Jovellanos, a las ocho y media de la tarde. «Asistirá una escogida orquesta», hágase cargo el lector que el cine acababa de aparecer en escena y aún era mudo, «y en uno de los intermedios un joven aficionado de esta villa cantará la romanza titulada 'La cinta nocturna'».

Asistían los gijoneses, tal vez sin reparar en ello, a la primera representación cinematográfica sobre la vida de Jesucristo. Todo un éxito de público a nivel internacional que dio paso, poco después, a la primera versión de Ben-Hur. Se pudo ver a una peseta la entrada, y la distribución del respetable fue de lo más particular, ya que la Comisión rogó «a los caballeros que ocupen las butacas, cediendo galantemente a las señoras las plateas y los palcos». Llenó. Ya lo anticipábamos en nuestras páginas: «Como se trata de un acto caritativo, por el que merecen plácemes los organizadores de la función, seguramente se verá el teatro muy concurrido», y lo estuvo, valga la redundancia, de «numerosa y escogida concurrencia».

Era, en fin, el origen de una época. La ficción llegaba al cine, hasta entonces mero proyector de vistas documentales, y hacía que el invento, que apenas un par de años atrás se presentaba en nuestra ciudad no más que como una curiosidad técnica, entretuviera y enseñase. Eso sí: como diez minutos dan para más bien poco, la proyección se acompañó de la exhibición de audiciones «del fonógrafo propiedad de don Gerardo Reguero». Ocurrió hace exactamente 125 años hoy.

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