
Venía de Rotterdam y a punto estuvo de hundirse en nuestra costa. Hace ahora medio siglo, el buque griego 'Annelis Christophersen' comenzó a escorarse en El Musel, según las primeras versiones por un corrimiento de la carga. «Tenía una vía de agua. La tripulación luchó con enorme esfuerzo para solucionar los problemas que se le planteaban por momentos en grado más acusado». Ocurrió a las tres de la mañana. Mucho después, a las tres de la tarde, el barco aún estaba a cien millas de Gijón. Los griegos recibieron pronto ayuda de otros navíos como el 'Maas' o el 'Soneck', alemanes, o los pesqueros 'Nuevo Pepín' y 'Llorca I', que se pusieron a su costado preparados a recoger a la tripulación si fuese necesario. Afortunadamente, no lo fue, aunque la cosa se puso especialmente fea a la altura del Cabo Peñas. El 'Annelis Christophersen', construido en 1951, consiguió entrar en El Musel con un escoramiento cercano a los 30 grados que hacía temer la pérdida de sus 1.200 toneladas de carga. Pero, por una vez, todo fue bien. Y la portada de ELCOMERCIO, por cierto, espectacular.
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