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Las nuevas farolas de Begoña.
Luces nuevas para Begoña
1973. Hace 50 años

Luces nuevas para Begoña

La zona principal de los jardines estrenaba farolas, que habían sido diseñadas específicamente para un lugar tan arbolado

Jueves, 19 de octubre 2023, 02:28

El cochero que transportaba un paquete con pieles y betunes de la calle Jovellanos a La Guía «ruega a la persona que lo haya encontrado lo entregue en el establecimiento de curtidos de Saturnino Villaverde», en Corrida.

Se estrena en el Robledo 'El dotor Mabuse'. Se proyectará, también, una «gran 'astrakanada' (sic) taurina cómico burlesco bailable charlotesca de redoblante risa continua».

Se hace saber a los vecinos que el miércoles, a las cuatro y en el campo de la iglesia, se vacunará a todos los perros de la rabia.

«Los terrenos que la empresa Sicotex compró en Roces y en los que nunca construyó la fábrica en la que se iba a recolocar a 100 trabajadores de Ike, están a punto de volver en la vida política municipal. El PP intenta la resurrección del asunto».

'Comercial Morollón' presentaba su última colección de novias para la temporada de otoño-invierno; Joaquín Prat preparaba su llegada a Gijón, donde repartiría suerte en forma de lavadoras 'Kelvinator', y la Escuela Garno Secretariado ofertaba cursos de mecanografía, estenotipia y ruso. Todo eso ocurría en Gijón hace 50 años, andando Franco y Carmen Polo, además, a punto de cumplir las bodas de oro. Pero la noticia del día era otra muy diferente. Y esperada, vive Dios: los jardines de Begoña por fin tenían un nuevo alumbrado. Las farolas, al menos. «Son columnas adecuadas al lugar», decíamos, «bajas y ornamentales, teniendo en cuenta la característica de dicha zona, con arbolado frondoso que eliminaría en buena parte la potencia de luz de luminarias colocadas sobre báculos altos».

Acompañando a las farolas principales, se instaló también luz a ra s de suelo, «es decir, dentro de los propios jardines, a base de 'setas' que producirán un bello golpe de vista por la noche». Funcionalidad y ornamento de la mano: las farolas proporcionaban luz directa, abundante y muy reclamada por los gijoneses de la época, preocupados por la inseguridad de las tinieblas en las que se sumía la ciudad de noche. Aún faltaba alumbrado en muchos barrios, pero Begoña lo tendría por demás, también con luz indirecta «para embellecer por la noche las superficies de arbustos, plantas y flores».

Vistosidad nocturna

Por algo había que empezar. La instalación del nuevo alumbrado en los jardines de Begoña se hizo realidad hace ahora medio siglo, pero pronto seguirían -esa era, al menos, la intención del Consistorio- los del Náutico y Campo Valdés, cuya partida presupuestaria había sido aprobada al tiempo que la de Begoña. «Con ello todas estas partes de la ciudad ganarán en vistosidad nocturna, ya que hasta ahora su aspecto no podía ser más desagradable», decía, inquisitivo, EL COMERCIO. Ese día se había reunido también la Comisión de Urbanismo, de forma anticipada, «con el fin de evitar que los comisionados tuvieran apremios de tiempo para ver el partido de fútbol Turquía-España televisado». No dábamos puntada sin hilo, ya lo ven.

1973. Hace 50 años.

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