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Las palas, trabajando en la zona de Poniente.
El fin de una época
1998. Hace 25 años

El fin de una época

Sogepsa comenzaba ya, con vistas a 1999, los últimos derribos en el solar de la futura urbanización junto a la playa de Poniente

Lunes, 27 de noviembre 2023, 01:21

Volvían las máquinas a Poniente, pero esta vez ya por poco tiempo. Hace 25 años, Sogepsa iniciaba la fase final de las demoliciones en Poniente. Al acto oficial, a las nueve de la mañana, acudieron su gerente, Santiago Miyares, y los concejales socialistas Daniel Gutiérrez Granda y Jesús Morales. «Este tramo de obras», informábamos desde EL COMERCIO, «durará diez días, y permitirá dejar expedita la mitad de los solares que se requieren para ejecutar esta operación urbanística, en la que se van a construir más de 500 viviendas a un precio medio de venta que rondará las 300.000 pesetas por metro cuadrado».

Faltaban, eso sí, algunos flecos. Cinco de las propiedades afectadas irían a pleito de expropiación, pero, antes de eso, el Ayuntamiento planeaba ocuparlas legalmente para ejecutar la totalidad de los derribos antes del 31 de diciembre. «De forma paralela, Sogepsa presentará a los técnicos municipales el proyecto de urbanización de la zona para que se apruebe en enero y se puedan adjudicar las obras en marzo de 1999. La urbanización costará 800 millones de pesetas, según los presupuestos de Sogepsa». Con todos los plazos sobre la mesa, las obras de la urbanización de Poniente podrían iniciarse en el primer semestre del año, «junto a las de construcción de los bloques de edificios y el aparcamiento subterráneo que ya ha sido adjudicado a la empresa Angoca». A partir de entonces, los bloques tardarían en construirse entre 18 y 24 meses.

No solo serían pisos. Ya en el Pleno municipal de septiembre se había dirimido que dentro del proyecto también se ubicaría «un balneario de talasoterapia (agua de mar) en el hotel que está previsto construir en el solar anexo a la nueva sede de los juzgados de Gijón. El final de esta tramitación es un paso importante para agilizar los trámites de este proyecto». Se ponía, así, punto y final a una etapa. Gijón, remozado de cara al nuevo siglo, enterraba lo viejo para saludar a lo nuevo, no sin polémica. También en El Lauredal, Veriña y Montevil se preveía la construcción de casi dos mil viviendas. El ladrillo gobernaba. Por el momento.

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