La nueva iglesia de San Pedro, en reconstrucción. E. C.

Cuenta atrás para San Pedro

La visita de autoridades a las obras de la iglesia hacía pensar ya en la próxima finalización de las mismas, pero aún quedaban siete años

Viernes, 4 de agosto 2023, 01:41

Nos urgía. A tres años del inicio de las obras de reconstrucción de la iglesia de San Pedro (dinamitada por el bando republicano en 1936), que arrancaron en 1945, ya ansiaban los gijoneses verlas finalizadas. Por eso hace ahora 75 veranos, cuando se supo de ... la presencia en Gijón de Moreno Torres, director general de Regiones Devastadas (el organismo que financió parte de la empresa), nos vinimos arriba. «La terminación de las obras de San Pedro ya no hay que mirarla como un sueño lejano», dijimos, porque Moreno había asistido personalmente, acompañado del conde de Guadalhorce, al Campo Valdés. La noticia volvía a reavivar el ansia y el sentimiento de «la necesidad de que este templo, que es como si dijéramos la catedral gijonesa, se halle pronto abierto y con el culto en él instalado».

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Para eso quedaban, por entonces, aún siete años, y mucho dinero con el que financiar la reconstrucción. Que no todo partía de Regiones Devastadas era público ya en 1948, como muestra la 'excusatio non petita' insertada en nuestras páginas. «Sabido es cómo el Estado acude con su ayuda a atender a las obras de reconstrucción de templos. Pero, con muy sano y justo criterio, pide también a los pueblos que respondan con su colaboración. Las obras de San Pedro se venían realizando con la lentitud que imponía la falta o por lo menos la modestia de los medios de que para el caso se disponía. El Estado había dado algo (sic), pero dentro de la limitación que imponía ese criterio y que aconsejaban esas circunstancias».

Matrimonio benefactor

En otras palabras: que la visita de la autoridad fue, también de paso, para pedir donativos al pueblo. «El gesto de un muy estimado matrimonio gijonés, constante protector de la iglesia de San Pedro muy unido a ella y que se ha distinguido también por su cooperación entusiasta a esa obra y por sus frecuentes y espléndidos donativos para efectos análogos» era la espita para la súplica: a más donantes, más rápido irían las obras. «A base de ese espléndido donativo y de la ayuda del Estado, ya decidida oficialmente, así como la que pudiéramos llamar cooperación normal de donativos menores»: así se reconstruyó San Pedro.

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