ARANTZA MARGOLLES
Lunes, 12 de febrero 2024, 00:48
La cosa llevaba fea desde 1897. Ese año, en diciembre, «en la esquina de la calle de Santa Lucía», se desplomó «con gran estrépito parte de la pared del edificio que ocupa el Café Oriental». Ocurría que el histórico sitio estaba adosado a un edificio en ruinas que los vecinos denominaban, muy gráficamente, «la casa quemada». Lo del Oriental es ya historia: se desocupó el local -en 1898 sus propietarios anunciaban ya la venta barata, por lo urgente, de su piano de cola- y se construyó el edificio que hoy se recuerda. Lo de la 'casa quemada' fue otro cantar. Hace ahora 125 años aún no había sido derribada, y en EL COMERCIO... nos quejamos ¡rimando!: «Mañana mismo, nos dicen, el derribo empezará mañana, pero el mañana... es mañana que no ha de venir jamás. Mientras tanto enseña mustio la negra y tétrica faz el caserón antiestético de años mil de antigüedad (...) Cuando alguno pasa rápido por delante de su umbral, parece que una voz dice desde un antro funeral: 'Caminante, aviva el paso, que me voy a desplomar y despachurro al que coja sin temor al que dirán». El humor, que no falte.
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