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Atentos a la fecha. El 28 de diciembre de 1923 dijimos que el día anterior, en plena madrugada, se había desplomado el puente del Piles, y con él, el coche en el que viajaban unos tales Rafael Pérez del Olmo y Juan Hernández. En nuestra portada, el suceso se presentó profusamente ilustrado, con una foto, firmada crípticamente como 'al magnesio', del trágico suceso. Era, claro, el Día de los Santos Inocentes. Decíamos: «Ni el estado del mar ni otras circunstancias pudieron hacer pensar en tal percance, por tratarse de obra tan sólida como inteligentemente realizada.
Tanto es así que, seguramente, muchos de nuestros lectores creerán que se trata de una noticia propia del clásico día de hoy». No le den más vueltas, porque eso era. Nos disculpamos de la inocentada al día siguiente, para tranquilidad de los ingenuos. En el Piles se habían arreglado ya los desperfectos «que bulleron en la fértil imaginación del fotógrafo, que, con el auxilio de la blanca luna y del magnesio» -de ahí el pie- «y de las travesuras de la placa», ideó el fotomontaje de nuestra más épica inocentada.
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