«Ni turrón ni chocolate»: ninguno de estos postres navideños es bueno según la OCU

Además de las luces, los regalos y los villancicos, la Navidad es una época en la que las comidas copiosas están a la orden del día. Carnes, pescados y mariscos forman parte de los menús navideños de todos los hogares españoles, aunque los reyes de la temporada siempre serán los dulces típicos de estas fiestas, en concreto, el turrón.

Habituales en la bandeja de postres, los turrones han ido variando a lo largo de los años del mismo modo que lo ha hecho la sociedad. Los clásicos blandos, duros, de yema tostada o de frutas ahora comparten estante con las novedades de nata, galletas y otros dulces más conocidos. Sin embargo, hay uno que lleva años conquistando las fiestas, el más consumido de todos: el turrón de chocolate crujiente. Así lo demuestran las cifras, ya que este tipo de turrones dobla en ventas a los más comunes, como el turrón blando (de Jijona) o el turrón duro (de Alicante).

Ha sido la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) quien ha constatado estos datos tras realizar un examen de calidad conciso de los 17 turrones de chocolate crujiente más consumidos. Las marcas líder para la compra de este tipo de dulce (incluidas las blancas) han sido analizadas a conciencia y no han salido bien paradas en la mayoría de los casos.

En el estudio se tuvo en cuenta el nivel de grasas incluida en cada tableta (tanto la natural del cacaco como las vegetales), la calidad del arroz inflado, el nivel de aditivos, el sabor, el olor, etc.

El turrón de chocolate crujiente se encuentra en un valle intermendio entre el chocolate y el turrón; no es ni uno ni otro y, por tanto, su composición es muy específica. Como consecuencia, es de los turrones menos destacables para los pasteleros ya que, a diferencia de las tabletas normales, carecen de las grasas procedentes de la manteca de cacao en virtud de otro tipo de grasas vegetales, como el aceite de girasol o de palma.

Esto hace que, por falta de chocolate auténtico, se le añadan aromas artificales y se desvirtúe el sabor natural del cacao. Por regla general, lo más barato resulta ser la peor elección, desaconsejando ocho marcas en concreto bajo la firma de 'mala calidad':

Todas ellas están por debajo de la 'calidad media', la cual se consigue, como mínimo, con una puntuación de cincuenta. Los expertos encontraron diversos fallos que los han puesto a la cola en la lista: falta de brillo en el chocolate, las mezclas no son homogéneas, el chocolate no se funde en la boca (lógico, si falta manteca de cacao), falta olor, el arroz inflado (lo que le da la sensación crujiente) está mal repartido o se pega en las muelas, etc.

Solo nueve marcas llegaron al 'aprobado' de la OCU, aunque la organización destacó que ninguna de ellas era sana del todo, así que no hay una marca que alcance la 'calidad suprema'.

El único turrón de chocolate crujiente que ha destacado de entre la selección ha sido el de la marca El Corte Inglés. De este producto, los expertos han destacado su color brillante, el olor a chocolate, el crujiente del arroz inflado y el buen fundido en la boca; su único defecto es que le falta sabor. En este último caso destaca el turrón de chocolate de la marca Picó, ya que utiliza manteca de cacao natural, sin grasas vegetales ni aditivos de ningún tipo que perturbe el sabor del chocolate.

Por tanto, el más recomendado, a un nivel calidad-precio, es el de la marca de El Corte Inglés; sin embargo, el más valorado ha sido el de Picó.

• Temas
• OCU Organizacion de Consumidores y Usuarios
• Alimentación
• Navidad