Una niña de seis años, al borde de la muerte tras ahogarse con un nugget que contenía una mascarilla

Sin pérdida de tiempo, le metió los dedos en la garganta y sacó una mascarilla quirúrgica. Estaba rebozada con los nuggets de pollo que estaba comiendo la niña. Revisó el resto del paquete y encontró otro trozo igual.

Alterada y enfadada, grabó un vídeo para dejar constancia de lo ocurrido y acudió al local para relatar lo sucedido. Las explicaciones no la tranquilizaron lo más mínimo. El encargado se limitó a decirle que ese producto no lo realizan «in situ», por lo que la negligencia no se habría producido en ese establecimiento. «Y los siguieron despachando», explicó Arber a The Sun.

Poco después, un portavoz de la multinacional señaló que «sentían mucho la experiencia vivida por esta clienta» al tiempo que recalcaban que «seguridad de la comida es de suma importancia para la empresa».

El portavoz concluyó: «Hacemos mucho hincapié en el control de calidad, siguiendo estándares rigurosos para evitar imperfecciones. Cuando el problema fue contado a nuestro 'staff' nos disculpamos, ofrecimos un reembolso completo y pedimos a la clienta que devolviese el producto para investigar más a fondo la situación y aislarlo».

Arber sigue estupefacta y publicó detalles del incidente en un grupo de Facebook en Aldershot para advertir a otras personas. «Mi niña podría haber muerto si no me llego a dar cuenta. Y había más trozos igual. ¿Y si hubiera salido de la habitación y se hubiera ahogado?», se preguntó.