Trucos para preparar la ensalada perfecta este verano

Presente en las mesas, tanto como plato principal como acompañamiento, desde el año 600 a.c. la ensalada es un plato creado por los persas y recibe su nombre por la importancia que se le da a que lleve sal. Su gran versatilidad ha hecho que sobreviva al paso del tiempo y hoy en día, juega un papel muy importante en las dietas de muchos hogares.

En primavera y verano gana relevancia ya que es uno de los platos que más apetece comer cuando suben las temperaturas. La compuesta por lechuga, tomate y cebolla es un clásico, sin embargo, las opciones que ofrece este tipo de alimento van mucho más allá.

Pimiento, aguacate, remolacha, zanahoria, pollo, atún… a una ensalada se le puede echar prácticamente cualquier cosa, pero eso no quiere decir que todo le vaya bien.

Hay algunas claves a tener en cuenta que pueden marcar la diferencia entre una combinación de alimentos 'pasable' y una delicia. Vamos a ver algunos de ellos:

1Asegúrate que todos los alimentos estén secos. Este es uno de los mayores errores que se suele cometer, al lavar las hojas de la ensalada es complicado secarlas y, si no se hace bien, el aliño no las impregna correctamente y puede quedar muy aguada.

2Mezcla lechugas y otras verduras. Lo ideal es combinar entre

3Ingredientes de calidad. En cualquier plato es importante, pero en una ensalada donde la gran mayoría se toman crudos, la calidad de los productos gana más relevancia.

4Mesura a la hora de añadir ingredientes. La cantidad de alimentos que se pueden añadir a una ensalada es enorme y va en función de los gustos, sin embargo no hay que excederse porque podría costar apreciar los sabores. Lo ideal es entre 6 u 8 ingredientes cuando se trata de un plato principal. Si es para acompañar, entre 2 y 4 estaría bien.

5Incluye proteínas. Si se va a tomar la ensalada como plato principal debe llevar alguna proteína para que sea saciante. Pollo, atún, queso azul, huevo, cualquier tipo de carne o pescado bien cocinada o tofu, por ejemplo, las alternativas son muchísimas.

6Prepara los alimentos correctamente. Aunque la mayoría de los ingredientes de la ensalada se servirán en crudo es importante prepararlos de la manera adecuada. Lo principal es lavarlos y secarlos bien, pero también habrá que pelar los que tengan una piel muy dura y cocinar los que no sea conveniente ingerir en crudo. Además, hay que cortarlos a ser posible al mismo tamaño y nunca en trozos más grandes que un bocado. Tampoco se debe añadir nunca algo que no sea comestible, como ocurre en ocasiones con el hueso de la aceituna.

7Prepara el aliño aparte. El aliño es una parte muy importante de este plato y lo ideal es prepararlo en un bote aparte para poder mezclarlo bien y para que cada comensal pueda echarse lo que le apetezca y por supuesto, el aliño va mucho más allá del aceite, vinagre y sal, son muchísimas las combinaciones que se pueden hacer. Puede ser interesante añadir también alguna hierba aromática como orégano, albahaca o curry, le dará un toque diferente, eso sí, no hay que pasarse.

Este método para hacer ensaladas lo ha compartido la autora del blog Myrecipes, Stacey Ballis y es una fórmula muy fácil de aplicar con la que hacer ensaladas totalmente compensadas y variadas para nunca aburrirnos.

Lo que pretende Ballis con este sistema es sentar las bases de proporciones entre proteínas, verduras y vegetales de hoja para que, aunque variemos los productos, el resultado sea siempre sobresaliente.

Según Stacey lo ideal es que toda ensalada tenga:

- Una taza de algo saciante. Principalmente proteínas y no tiene porque ser solo una, puedes variar entre un par pero que la cantidad sea esa.

- Dos cucharadas de algo crujiente. Incluir alimentos crujientes será un plus para cualquier ensalada, puedes apostar por semillas, cebolla frita, picatostes, etc.

- Tres vegetales diferentes. Esto incluye verduras, hortalizas o frutas que también pueden darle un toque dulce y muy interesante al plato, eso sí, deben combinar entre sí.

- Cuatro tazas de hojas. Son la base de toda ensalada. No tienen por qué ser el mismo tipo de hoja, de hecho, como comentamos en el punto anterior, es mejor que haya una variedad porque le proporcionará matices y texturas diferentes.

Una fórmula muy interesante y en la que ya solo quedaría añadir el aliño al gusto.

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