Es difícil determinar cuándo se está demasiado enfermo para trabajar Fotolia

Por qué no se debe teletrabajar estando enfermo

El aumento de las personas que pueden trabajar desde casa ha tenido un fuerte impacto en las bajas laborales, que han caído notoriamente

Lunes, 5 de diciembre 2022, 19:23

Uno de los cambios más significativos que ha traído la pandemia en el entorno laboral es la proliferación del teletrabajo. Los meses de confinamiento demostraron que se podía trabajar perfectamente desde el hogar y son muchas las empresas que continúan ofreciendo esa posibilidad a sus trabajadores.

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Son muchas las ventajas que ha traído consigo esta modalidad de trabajar. Supone un importante ahorro, los trabajadores pueden evitarse los desplazamientos y los atascos y es una de las prácticas que más fomenta la conciliación. Sin embargo, no todo son bondades, con el teletrabajo es difícil marcar la línea entre la vida laboral y la personal, se trabaja más horas para compensarlo y lo que es peor, cada vez son más las personas que trabajan a pesar de estar enfermos.

Según el 'Informe Sobre Absentismo Laboral' de Infojobs, en 2021 un 24% de los empleados españoles mayores de 16 años se ausentó de su trabajo, esto es un 3% más que el año anterior. Pero lo que más llama la atención es que las personas que no teletrabajaron cogieron la baja laboral en el 27% de las ocasiones, esto son 10 puntos porcentuales más que los que estaban teletrabajando que solo cogieron la baja en el 17% de los casos.

¿Por qué la gente teletrabaja estando enferma?

El principal problema es que es muy difícil decidir cuándo se está suficientemente enfermo para no poder trabajar. Al final, al no correr el riesgo de contagiar a nadie al ir a la oficina, son muchos los que se inclinan por trabajar con el portátil desde la cama o desde el sofá.

Antes cuando uno caía enfermo la decisión era mucho más fácil, o se iba a trabajar con lo que eso suponía o se cogía la baja y se aprovechaban uno o dos días para descansar y recuperarse correctamente. Ahora es mucho más complicado ya que aunque se decida quedarse en casa, luego hay que determinar si se va a abrir el ordenador o no.

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De todas maneras, esto siempre ha pasado. Las personas siempre han trabajado estando enfermas, de hecho, la tendencia antes de la pandemia ya era que estaba disminuyendo el ausentismo laboral tanto en EEUU como en Europa. Pero el teletrabajo ha hecho que evitar las bajas laborales y optar por el presentismo aún estando enfermo, sea más fácil que nunca.

Trabajar enfermo hace que caiga mucho la productividad Fotolia

Por qué no se debe trabajar enfermo

La Ley deja claro que estar enfermo es un motivo para cogerse un día de descanso tanto si se va a la oficina como si se trabaja desde casa, de hecho, el método sigue siendo el mismo que en la modalidad presencial.

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Al trabajador puede darle más respeto pedirse la baja porque es más complicado «demostrar» que se está enfermo, o al menos tanto como para no poder sentarse delante del ordenador. Sin embargo, trabajar cuando se tiene alguna enfermedad es algo malo, tanto fuera como dentro de casa.

Los datos demuestran que trabajar mientras se está enfermo hace que se realice un peor desempeño laboral, lo que no es bueno ni para la empresa ni para el trabajador. Además, al no realizar el correcto descanso puede que la recuperación sea más lenta que si se toma uno o dos días para cuidarse y reponer fuerzas.

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Por otro lado, hay una investigación que sugiere que hay un vínculo entre no cogerse la baja cuando se está enfermo y la depresión. Un problema que tiene gran repercusión en nuestro país, de hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 el 5,4% de la población ha padecido algún tipo de cuadro depresivo, es decir, 2,1 millones de españoles.

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Con estos datos es evidente lo perjudicial que puede ser esta decisión que cada vez más trabajadores llevan a cabo, tanto para su salud como para la de su empresa. Por este motivo, los expertos advierten que tanto los jefes como los trabajadores deben detenerse a pensar las implicaciones que puede tener esta actitud tanto para la productividad, como para la cultura empresarial y el propio bienestar personal antes de que esta actitud se convierta en una práctica arraigada.

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