El mito es cierto: roncan más los hombres que las mujeres

Pero ¿qué es el ronquido? y lo más importante para poder evitarlo ¿por qué se produce?

El ronquido es el ruido que se produce cuando se interrumpe el flujo de aire que expulsamos al respirar mientras estamos dormidos. Las vías respiratorias superiores se relajan al dormir y por algún motivo se estrechan y/o se obstruyen temporalmente, lo que genera los ronquidos.

En ocasiones no son sólo una molestia para quien duerme junto a la persona que ronca, en ocasiones pueden ser un síntoma que indica que algo no está funcionando como debería y es importante identificarlo.

Los ronquidos se pueden producir porque la persona padece algún tipo de alergia que afecta a las vías respiratorias superiores, porque se tiene alguna posible deformación en la nariz o se padecen pequeños pólipos que la pueden obstruir.

El consumo de alcohol o el uso de pastillas para facilitar el sueño, pueden provocar que la lengua caiga hacia atrás y se ronque mientras se duerme, lo mismo pasa con la obesidad y el sobrepeso.

Se ronca más cuando la persona está durmiendo boca arriba y cuando el sueño es muy profundo porque estamos más cansados de lo habitual y los músculos de la garganta se relajan más. Al dormir boca arriba es más probable que sea la lengua la que interrumpe el flujo de aire y por eso se genere el ronquido.

Tratar de dormir de lado todo el tiempo que se pueda, utilizar cojines y/o almohadas para mantener el cuerpo un poco más incorporado o elevar unos 45º la cabeza mientras dormimos, son algunas de las posibles medidas que se pueden tomar para evitar o disminuir la intensidad de los ronquidos si la forma más habitual de conciliar el sueño es boca arriba.

Una dieta equilibrada para evitar el sobrepeso y hacer ejercicio moderado de forma regular son dos hábitos saludables que repercuten también en una mejora de la calidad del sueño, lo que hace más probable que no se produzca el ronquido mientras se duerme.

Instalar un humidificador en el dormitorio puede ser una ayuda si los ronquidos se producen por ejemplo por un exceso de mucosidad. La sequedad del ambiente por el uso de calefacciones o aires acondicionados, dependiendo de la estación, irrita la garganta y dificulta la expulsión de mucosidades.

El tabaco daña gravemente las vías respiratorias, reseca las mucosas y las inflama por lo que es fácil que se dificulte el paso del aire a los pulmones mientras se duerme y el alcohol favorece la relajación de los músculos de la garganta que tienden entonces a estrecharse y vibran cuando entra aire.

Tomando medidas como estas si se sigue roncando lo mejor es ponerse en manos de un experto para tratar de evitar dolencias mayores como las apneas del sueño, por ejemplo, tan relacionadas con los sonoros e incómodos ronquidos.