¿Cómo proteger la piel antes de tomar el sol?

El melanoma en concreto, que es el tumor cutáneo más agresivo, se detecta ya cada mes en más de 300 personas en España. Este lunes se conmemoró el Día Mundial contra el Melanoma, el tipo de cáncer de piel más grave y que representa el 4% de los tumores malignos de la piel. Un día al año no es suficiente para sensibilizar y concienciar a la población sobre este tipo de cáncer que ha incrementado su incidencia a nivel mundial en los últimos 25 años.

Según los datos que maneja la Academia Española de Dermatología y Venereología, el número de casos de cáncer de piel se ha duplicado en las últimas décadas y continúa creciendo en nuestro país.

Es fundamental tener un diagnóstico precoz de esta enfermedad por lo que es importante conocerla bien para poder detectar cualquier anomalía cuanto antes. El melanoma es curable siempre que se detecte a tiempo y se trate de una forma personalizada, que es como se está haciendo en la actualidad y como se está planteando, en distintas investigaciones, para conseguirlo aún más de cara al futuro.

El hecho de que la esperanza de vida de la población sea cada vez más alta y los hábitos de conducta cada vez con mayores exposiciones al sol son, según los expertos en salud, dos factores fundamentales en la elevada tasa de cáncer de piel detectada en los últimos años. No son los dos únicos factores, pero sí de los más importantes.

La búsqueda del «moreno perfecto» no es una excusa válida ni para maltratar la piel ni poner en peligro la salud y demasiadas veces esto se olvida.

Es imprescindible ayudar a la piel a protegerse de la acción de los rayos UVA y UVB y adquirir una serie de precauciones sobre todo con las primeras sesiones de sol que para la mayoría están llegando en estos días.

En cuanto llegan los primeros rayos de sol se suele olvidar la necesidad de proteger la piel pensando en que así se conseguirá antes el tono deseado. Esto es un grave error se mire por donde se mire.

Los resultados van a ser los mismos en cuanto a tono de la piel, pero al aplicar una protección solar se consigue un moreno más progresivo y duradero. Además, protegeremos a la piel de problemas mayores.

Otra razón por la que es necesario aplicar un protector solar es que la piel tiene memoria, por lo que nunca se debe acumular demasiadas horas de exposición al sol. Por este motivo también es necesario evitar quemarse.

Para empezar, muchos especialistas recomiendan preparar la piel con una exfoliación para eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie. Se consigue de este modo una piel más sana y al mismo tiempo que el bronceado sea más homogéneo, que sea más complicado que aparezcan manchas en la piel y que además, el tono de la piel se mantenga durante más tiempo.

La piel del rostro es distinta a la piel del resto del cuerpo y dentro del rostro la piel del contorno de los ojos o la de los labios también es diferente y todas necesitan de cuidados específicos.

La piel de los labios, por ejemplo, se suele descuidar en verano y sin embargo por culpa de la sal del mar, del efecto dañino de los rayos UV, del viento o del calor, es una zona especialmente sensible que debemos proteger adecuadamente.

Las áreas que habitualmente más se queman y antes lo hacen suelen ser las del cuello, el escote y la cara. Zonas de la piel con una capa de dermis mucho más fina que necesitan un protector solar específico que no es el mismo que se aplica o que necesita el resto del cuerpo.

Es importante que tengamos en cuenta el factor de protección del producto que seleccionemos para ponernos al sol, el SPF nos va a indicar la durabilidad de la protección del producto y si lo que buscamos es una protección más larga es imprescindible que nos decantemos por productos con un factor de protección superior a 30.

Es imprescindible no olvidarse de nutrir e hidratar la piel cada día para que el efecto del sol sea lo más positivo posible.

No se debe tomar el sol con la piel maquillada a pesar de que aún se sigue viendo muchos rostros maquillados en la playa o la piscina. Es un tremendo error que puede llegar a producir dermatitis o inflamaciones en la piel.

La piel del rostro va a absorber el sudor que ha segregado por el calor y con este sudor también los productos que desprenda el maquillaje lo que puede traducirse en irritaciones o incluso en la aparición de manchas en la piel.

Además, los productos de maquillaje no aportan protección frente a la exposición solar intensiva que se hace en la playa o la piscina.

Otra de las precauciones que hay que tener en esta época es la depilación que además, es cuando más se recurre a ella. No se debe realizar antes de exponer la piel al sol, independientemente de la técnica que se utilice. Siempre es conveniente hacerlo unos días antes o mejor aún, una semana antes de la exposición al sol de la zona, para evitar que se puedan producir manchas o quemaduras solares.

Y por supuesto, algo que a veces pasa desapercibido pero que tiene gran importancia es la toma de determinados medicamentos y la posterior exposición de la piel al sol. Muchas veces se consumen medicamentos de manera continuada como tratamientos que se extienden en el tiempo y pueden producir reacciones alérgicas, irritaciones o manchas en la piel si durante la toma nos exponemos al sol de forma intensiva.

Hay medicamentos denominados fotosensibles que debemos conocer por lo que es conveniente que si se está llevando a cabo un tratamiento se consulte con el médico que lo haya pautado sobre la posibilidad o no de exponer la piel al sol.

Sí, cada vez más hay que tener esto en cuenta al consumir cualquier producto y los protectores solares no son una excepción.

Hay un ingrediente muy común en los productos con protección solar que se ha descubierto recientemente que se vuelve tóxico en el mar, se trata de la oxibenzona, una sustancia que pasa de ser protector solar contra los rayos UV a dañar las células de anémonas y corales cuando llega al mar.

La Universidad de Stanford en California tiene un equipo de investigación que ha detectado este problema contaminante de la oxibenzona, que puede blanquear y llega a matar a los corales al producir radicales libres cuando llega al mar después de que la usemos en las cremas con protección solar que nos aplicamos en la playa.

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