La población envejece y hay que adaptarse

Más allá de tópicos que se han ido quedando obsoletos, las personas que ya han cumplido los 60 años saben que pueden participar en una enorme cantidad y variedad de actividades y quieren hacerlo.

Por ejemplo, según datos publicados por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP), tres de cada diez personas mayores realizan actividades no remuneradas, fundamentalmente colaboran como voluntarios prestando apoyo de forma solidaria a otras personas o colectivos.

Desde ayudar a familiares, amigos o vecinos a título individual, a colaborar con alguna asociación. Las maneras de formar parte del tejido social son muy diversas y las personas mayores de 60 años se implican en ellas.

Según la OMS en el año 2050 el número de personas que habrá cumplido los 60 años en el mundo se habrá duplicado llegando a ser el 22% de la población mundial.

Sentirse útil y poder ayudar a los demás es una de las principales motivaciones que encuentran las personas mayores para realizar actividades solidarias, pero también la sensación de que se valoren sus ideas, sus propuestas y sus aportaciones es otro de los motivos que les motivan para implicarse en acciones de voluntariado.

Siguiendo con los datos que maneja y publica la Organización Mundial de la Salud, se recomienda emprender nuevas actividades, continuar con estudios que se dejaron a medias o empezar otros nuevos, retomar antiguas aficiones o iniciar una nueva ocupación, como puede ser la de implicarse en acciones de voluntariado.

Todo eso sirve para que las personas de más de 60 años sigan formando parte activa de la sociedad en la que viven pero al mismo tiempo sigan cuidando su salud física, mental y emocional, algo que es vital en cualquier edad.

No se puede obviar el hecho de que dos de cada diez personas de más de 65 años presenta un deterioro cognitivo leve, que puede ser un cambio notable en su memoria o la capacidad de resolver problemas o la dificultad para prestar atención en determinados momentos. Es un deterioro relacionado con la edad que por su levedad tiene poco efecto en la forma de vida de la persona, pero en un porcentaje de esos casos puede degenerar en una demencia.

Es importante seguir trabajando la memoria en el día a día y una menor incidencia de la soledad puede ayudar también a evitar la aparición de depresiones y/o demencias.

Por eso muchas personas de más de 60 años encuentran el momento perfecto para colaborar con una organización, para emplear su tiempo en ser solidarios, para mantener y desarrollar redes sociales, para luchar contra la soledad, para trabajar la memoria.

Y está muy bien preocuparse por la salud mental y anímica a cualquier edad, pero no se debe olvidar la salud física y la prevención también cuando ya se han cumplido los 60 años.

No todos envejecen igual, eso está claro. Pero hay que prestar especial atención a la disminución de la fuerza cuando se cumplen años, porque los músculos son los encargados de soportar el peso del cuerpo, son los que mueven las articulaciones que dan movilidad al cuerpo.

Es verdad que el desuso muscular se puede no sólo prevenir sino, y lo más importante, se puede revertir mediante actividades físicas relacionadas con la gimnasia o las disciplinas deportivas.

Las actividades físicas en gimnasio o la práctica de una actividad deportiva animan al usuario, refuerzan tanto su confianza como su autoestima, mejoran su estado físico y por tanto su salud y su bienestar.

Todo son ventajas que a corto y largo plazo previenen dolencias, depresiones y demencias, que facilitan la mejora de las habilidades físicas como el equilibrio, la fuerza o la flexibilidad y que ayudan a socializar y evitar el aislamiento.

Adaptar el mundo a las personas con más edad es uno de los grandes retos de las sociedades occidentales que tienen que afrontar, más pronto que tarde, porque los cumpleaños se hacen cada vez más frecuentes y todos queremos que sigan siendo motivo de alegría.