Los beneficios de comer manzana

El origen del refrán dicen que es inglés, concretamente galés «an apple a day keeps the doctor away» pero muchos lo hemos escuchado en español desde que éramos pequeños porque los beneficios de las manzanas en la dieta traspasan fronteras.

El año pasadoen Asturias se cosecharon 30.000 toneladas de manzana la mayor parte para la producción de la famosa sidra, pero también una parte para el consumo como fruta de postre o para preparar platos tanto dulces como salados.

En primavera, la floración de los manzanos y en otoño la recogida y los colores de frutas y hojas, hacen que el paisaje asturiano siempre esté relacionado con la vida de las manzanas.

Pero es que además, las manzanas son esa fruta amable y modesta que aporta importantes y numerosos beneficios a la salud. Es una fruta rica en fitoquímicos y según el European Journal of Clinical Nutrition uno de estos fitoquímicos es la quercetina que previene problemas cardiovasculares, enfermedades inflamatorias como la artritis o patologías respiratorias como el asma.

Los fitoquímicos y los antioxidantes que posee la manzana ayudan a reducir los niveles de azúcar en sangre por lo que se recomienda el consumo a personas con diabetes o con intolerancia a la insulina.

La manzana tiene dos tipos de ácidos muy importantes para la salud humana, el ácido tartárico y el ácido málico. Ambos ayudan a digerir mejor las grasas que consumimos por lo que los especialistas aconsejan consumir esta fruta como postre y sobre todo después de haber ingerido una comida copiosa.

Es una fruta con una gran aportación de fibra tanto soluble como insoluble por lo que es muy recomendable para saciar el apetito, para prevenir el estreñimiento, favorecer el tránsito intestinal y ayudar a la digestión de las grasas.

No sólo es rica en antioxidantes, flavonoides y polifenoles, también es importante su aporte de vitaminas del grupo B (que hace aumentar los niveles de energía), de vitamina C (que aumenta las defensas del organismo), de fósforo, potasio y calcio por lo que favorece la regeneración celular y tiene un importante poder antioxidante.

Siempre se recomienda lavarla bien y comerla sin pelar porque en la piel es donde tiene la mayor concentración de pectina. Un tipo de fibra soluble que sirve como alimento para las bacterias del intestino, que protege la mucosa intestinal y que hace que muchos especialistas consideren que la manzana es un alimento prebiótico muy recomendable.

La pectina también contribuye a eliminar de la sangre el «colesterol malo» o LDL al tener un efecto depurador en el intestino.

Destacados ya los beneficios de comer una manzana al día cruda y sin pelar y cruda, no se deben menospreciar los que tienen las manzanas una vez que se han cocido. Esta es una de las maneras más tradicionales de disfrutar de esta fruta cuando se padece algún problema estómago, diarrea o incluso estreñimiento.

Es el típico remedio casero que se lleva empleando desde hace décadas para controlar problemas digestivos y gástricos.

Según un estudio realizado por la Nutrition Science Solutions, la manzana por sí sola es capaz de mejorar la digestión pero si previamente se cuece, al ablandarla se facilita ese efecto que tiene en el aparato digestivo.

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