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Gránulos de Kéfir para fabricar leche. ADOBESTOCK
Cómo hacer kéfir en casa

Cómo hacer kéfir en casa

El kéfir es un hongo que fabrica yogur en millones de casas de todo el mundo desde hace miles de años ·

Está en la lista de los llamados «alimentos funcionales», es barato y nada complicado de conseguir. El kéfir puede ser uno de los mejores aliados para la salud por muchos motivos

PILAR FONSECA

Lunes, 10 de enero 2022, 03:36

Si no se tiene una amiga que tiene un frasco con gránulos de kéfir viviendo en un armario de su cocina debe ser la excepción que confirma la regla.

Desde hace años, se viene produciendo y consumiendo este yogur líquido fermentado que está considerado ya como un alimento funcional, por la cantidad de nutrientes que aporta y por haber demostrado científicamente que esos nutrientes proporcionan un mejor estado de salud y bienestar a quienes lo consumen.

Dicen que proviene del Cáucaso y el kéfir de leche es uno de los productos lácteos más antiguos que se conocen.

Se llama kéfir tanto a los gránulos blancos, blandos y gelatinosos que producen el yogur líquido, como al propio yogur ya fermentado mediante las levaduras y bacterias que producen estos hongos.

En el proceso se produce dióxido de carbono y alcohol en una mínima cantidad (por debajo del 1%), porque las bacterias y levaduras provocan una fermentación alcohólica primero y láctica después. En esta segunda es en la que la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico.

Hablamos del kéfir que se produce en leche. Los gránulos se dejan reposar en una cantidad de leche de vaca o de cabra, durante un periodo que ronda las 24 horas, en un lugar oscuro, fresco y seco.

El kefír aporta más probióticos que los que tiene el yogur tradicional AdobeStock

Cien gramos de kéfir tiene 64 kilocalorías, entre 3 y 4 gramos de proteínas, 5 gramos de carbohidratos, 3 gramos de grasa y una cantidad interesante de potasio, calcio, magnesio, fósforo y vitaminas A, D, K y B.

El kéfir presenta más probióticos que los que tiene el yogur tradicional que consumimos y esos probióticos son unos estupendos aliados de la salud: refuerzan el sistema inmunitario, mejoran la digestión, inhiben el crecimiento de bacterias dañinas para el organismo, previene la osteoporosis, reduce las concentraciones de triglicéridos y el denominado «colesterol malo».

Hace poco tiempo se ha podido demostrar también los beneficios que su consumo tiene sobre la piel, sobre todo de las personas que presentan brotes de dermatitis atópica.

¿Cómo se prepara el kéfir en casa?

No puede ser más sencillo pero hay que tener en cuenta un dato importante: no valen todos los tipos de leche, lo ideal es que se haga como señalábamos antes con leche animal o bien de vaca o de cabra, son las más recomendadas porque los gránulos se van a alimentar del azúcar que contiene la leche.

El recipiente donde depositemos los gránulos de kéfir debe ser de cristal y no se debe cerrar herméticamente para así facilitar la salida del gas que se produce durante las fermentaciones.

El tiempo de exposición varía dependiendo de la cantidad de gránulos que tengamos, de la temperatura de la leche y la ambiental pero en líneas generales, el tiempo ideal se estima entre las 24 y las 30 horas de fermentación.

Preparar el Kéfir en casa es muy sencillo AdobeStock

Pasado ese tiempo se filtra el líquido resultante con un colador y devolvemos los gránulos al recipiente de cristal, los cubriremos con nueva leche y volveremos a dejar el frasco en el sitio fresco y oscuro donde lo teníamos hasta el próximo cambio.

Hay quien lava los gránulos todos los días, hay quien sólo los lava una vez a la semana y hay muchos usuarios que no los lavan, simplemente los cambian de leche. Lo que sí hay que tener en cuenta es que los gránulos crecen, la colonia se va haciendo más grande lo que hace que o bien se produzca más kéfir o bien se regale a amigas o familia los gránulos que van creciendo, así se comparte un alimento funcional que va a beneficiar su salud y su bienestar.

El kéfir es perfecto para desayunar mezclado con fruta y/o cereales, se puede agregar a las salsas de algunos guisos, se puede comer sólo como cualquier otro yogur o si su sabor nos parece demasiado ácido, le podemos agregar una cucharadita de mermelada, de miel o simplemente un poco de azúcar. Toda ayuda es buena para no dejar de consumirlo por los beneficios que nos va a aportar a medio y largo plazo.

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